Presión migratoria

Los okupas de la Orotava, consecuencia de la presión migratoria: "Si me voy, ¿a dónde voy? Esto es la vida"

Los okupas de La Orotava no son más que otra de las consecuencias de una presión migratoria que cada vez resulta más difícil de soportar para Canarias.

Okupas de la Orotava

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La presión migratoria en las Islas Canarias no da tregua. Convirtiéndolas en una de las zonas más afectadas por esta problemática en el país. Solamente en las últimas 24 horas llegaban a sus costas 589 personas en cayucos. Es por ello que Fernando Clavijo, presidente de las islas, ha solicitado una reunión urgente con el Presidente Del Gobierno. Una reunión que tenía lugar esta mañana en La Palma y en la que se abordarían cuestiones como el reparto de menores.

Mientras tanto, ayer se atendían a 415 personas que llegaron en cuatro embarcaciones. Por su parte, en Ceuta la presión también continúa en aumento. Decenas de inmigrantes se han echado al mar, muchos de ellos sin saber nadar, para tratar de cruzar la frontera. La Ciudad Autónoma pide un nuevo plan de contingencia para abordar la presión que sufren los centros de acogida. Aseguran que están al 360% de su capacidad. Muchos migrantes incluso acaban en la calle sin tener atención de ningún tipo. En Almería también llegaban 16 inmigrantes, entre ellos, dos menores. Estas personas fueron rescatadas tras quedarse atrapados en un acantilado en Carboneras. Algunos, con heridas leves.

El caso de La Orotava

Es innegable que este asunto está llegando a puntos insostenibles. En algunos casos, incluso llegan a afectar en la vida de los residentes. Esta es la situación en la que se encuentra el municipio de La Orotava, en Tenerife, donde cada vez más viviendas se ven okupadas por inmigrantes. En concreto, medio centenar de viviendas. Son inmigrantes que se dedican a analizar las viviendas hasta identificar las vacías y disponibles. Los propietarios llegan a recurrir incluso a candados en las puertas para protegerse.

Conseguimos hablar con dos de los okupas del pueblo. "Esta casa no es mía, es de otra persona. Antes vivíamos en la calle" admite uno de ellos. "Llevo cuatro meses viviendo aquí, sé que no es mi casa. Pero cuando me vaya, ¿a dónde voy? Esto es la vida. Estas son las normas de la vida" responde otro en inglés. Estas personas llegan a la isla y, al no encontrar dónde quedarse, se quedan en las calles. Son conocedores de la ley y saben que no les van a desalojar. Según el Concejal de Seguridad del Ayuntamiento, Narciso Pérez, estas no son más que las consecuencias de un sistema "que ha colapsado en cuanto a régimen de acogida de menores no acompañados". Declara que Canarias está sufriendo una auténtica oleada y que el problema reside en que cuando estos inmigrantes alcanzan la mayoría de edad, quedan prácticamente desasistidos. "El Estado no ofrece una tutela y se quedan en la calle". Por esta razón, muchos recurren a la okupación.

La Orotava dispone de muchos inmuebles históricos no habitados. Algunos incluso con peligro de derrumbe y con necesidad de unas medidas de conservación. Esta es una de las razones por las que, para los inmigrantes, el municipio resulta un lugar accesible para okupar. A pesar de ello, el concejal recalca que la mayoría son "okupaciones pacíficas" y que solamente han tenido problemas puntualmente. Aunque comprende que sea un fenómeno nuevo en una zona tranquila con población "de cierta edad" y que esto tenga como consecuencia que se genere una alarma social. "Desde el Ayuntamiento estamos trabajando con los vecinos con reuniones informativas". En ellas, les asesoran en los pasos a seguir y, sobre todo, recalcan la importancia de que se denuncia una okupación en las primeras 24 horas. Además, el Ayuntamiento ha reforzado las medidas de seguridad de la Policía Local y la Guardia Civil. "A pesar de la alarma social, que entendemos y compartimos, esto no ha llevado a que tengamos una situación de inseguridad", insiste. No ha aumentado el número de delitos o robos.

El procedimiento en caso de okupación sería el siguiente: "Cuando tenemos sospechas, inmediatamente nos trasladamos al lugar, procedemos a la identificación y tratamos de localizar al propietario lo antes posible" aunque, explica, no siempre se consigue porque los inmuebles tienen problemas de herederos o los propietarios se encuentran fuera de las islas. "Sobre todo trabajamos en el asesoramiento con los vecinos de la zona". Según el concejal, el objetivo es hacer la convivencia lo más pacífica posible. Sin embargo, comprenden que en los momentos iniciales del proceso haya una tensión inevitable. Por ello, "en esos días hemos reforzado la presencia de fuerzas y cuerpos de seguridad" cuenta Narciso. También hacen su trabajo tratando de mediar con los okupas para que comprendan que no deben hacer eso.

El concejal confiesa que entienden que los inmigrantes vienen de una situación complicada, "donde el sistema los deja abandonados en la calle", aun así, no defienden que eso les dé el derecho para okupar propiedades privadas a la fuerza, "en muchos casos, intimidando a los vecinos". Apunta también que la mayoría de los inmigrantes que optan por la opción de okupar son de origen marroquí. Aunque concreta que "nada tienen que ver con los menores que tenemos en los centros de acogida del municipio". Con estos últimos, el concejal califica la convivencia como "exquisita".

Narciso Pérez quiere dejar claro que disponen de tres centros de menores. Utilizan las instalaciones deportivas del municipio y los servicios sociales están en contacto con las diferentes ONGs. El concejal está orgulloso cuando dice que la relación con estos menores ha sido excelente durante los últimos años. "Nada tiene que ver con el fenómeno que estamos padeciendo ahora, donde personas que han abandonado su centro y okupan viviendas de forma ilegal". Con esta diferenciación, la intención de Pérez es que se recuerde La Orotava como lo que es: un pueblo solidario.

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