Donantes de heces

Piénselo bien antes de tirar de la cadena: Así funciona el 'trasplante de heces'

Pacientes con diarrea crónica se benefician de las bacterias de las heces de donantes sanos. Le mostramos cómo se hacen estas píldoras de desecho.

El trasplante de heces.

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“Es un aporte a la sociedad y al sistema sanitario público”. Así define Íñigo su gesto altruista de donante. No se trata de sangre, ni de plaquetas. Lo que él dona son sus heces. Y no crea que es algo que pueda hacer cualquiera: Sólo son aptos dos de cada cien candidatos. ¿Porqué son extraordinarias las heces de Íñigo? “No tomo antibióticos, llevo una vida sana y una alimentación correcta”. La pregunta que viene ahora es la que cabe esperar: ¿Para qué sirven las heces de Íñigo?

Una solución para el consumo abusivo de antibióticos

“Las heces ahora son una medicina”. Nos lo cuenta Rosa del Campo, investigadora del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Lo son -una medicina- una vez tratadas. Esto es, tras disolverlas en leche, centrifugarlas y liofilizarlas. La doctora incide en que el uso medicinal de este “desecho” se ciñe exclusivamente al ámbito hospitalario, para tratar la “Clostridoide Difficile”, hablamos de “una diarrea asociada al consumo de antibióticos. “Gente que toma muchos antibióticos y al final tiene una diarrea que vuelve, y vuelve y vuelve y al final no se le cura con nada”. Con la ingesta de cuatro píldoras en una sola toma, el 90% de estos pacientes consigue repoblar la microbiota.

Cuando el médico te receta píldoras de heces

Pilar pensó que era “muy fuerte” que su médico le recomendara píldoras de heces. Tomaba hasta dos tratamientos antibióticos distintos cada mes para combatir sus recurrentes infecciones urinarias. Para ella, el inodoro era un potro de tortura. Aunque en su enfermedad el tratamiento es experimental, asegura estar completamente libre de infecciones. “Te juro que me ha cambiado la vida”.

“El trasplante de heces me salvó la vida, sin duda”

Santiago es más drástico. Cuando le hicieron el trasplante no había opción de píldoras, por lo que le aplicaron la “substancia” vía colonoscopia. Era consciente de que la toma constante de antibióticos para combatir su infección intestinal le acortaría sustancialmente la esperanza de vida. “Era un dolor agudo abdominal. Nunca había sentido nada parecido. Este trasplante me salvó la vida sin duda”. Rosa es optimista con las aplicaciones futuras del trasplante de heces pero incide en que de momento sólo está indicado para estas enfermedades. Lo que está claro es que eso que usted desecha con pudor cada mañana, es para otros una gran oportunidad.

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