La polémica industria que lleva prosperidad a un municipio de Cáceres: "Aquí no hay paro"

Miguel, vecino de la localidad de El Gordo, situada en el noreste de Cáceres, estuvo trabajando durante 30 años en esta fábrica. Él lo tiene claro: "Los mejores años de mi vida laboral".

El hombre, ya jubilado, está completamente a favor de que esta empresa tenga una de sus factorías en el municipio cacereño. Confiesa que hasta que esta oportunidad laboral llegó al pueblo, en el año 1987, había estado "dando vueltas por aquí por el pueblo", ejerciendo como albañil o temporero, recogiendo espárragos o tabaco en el campo: "No ganábamos ni para jabón".

Prosperidad más allá del pueblo

Según los vecinos de El Gordo, los beneficios que reporta alcanzan a toda la comarca. En torno a 200 de sus residentes tienen su puesto de trabajo en la fábrica, y muchos más acuden a diario desde otras localidades de alrededor.

"Aquí yo no he visto ninguna protesta contra la fábrica de armas en 38 años", exclamaba otro vecino jubilado. Sí, y es que la factoría pertenece a una empresa armamentística alemana.

La propietaria de una pequeña tienda de alimentación tampoco tiene ningún inconveniente a la actividad de la empresa dueña de la fábrica: "Si hay trabajo, hay dinero y se gasta". Insistía en su idea: "Si la gente está trabajando y hay dinero en el pueblo, la gente no se va".

Secretos de por vida y trabajo de calidad

Todos contentos y buenos guardianes de silencio. No pueden decir absolutamente nada de qué se fabrica en el interior. Perciben buenos salarios: "Por aquí, de los mejores", afirmaba otra vecina, que también reconocía que al final repercute en toda la actividad económica del pueblo.

Otra de las ventajas que esgrimen los habitantes de El Gordo es la estabilidad que ha llevado al pueblo: "Toda persona que entra, entra fija. Cosa que no pasaba antes".

La opinión que tienen de la fábrica es como si se tratara de cualquier otro tipo de fábrica, en definitiva les da trabajo y da más vida a un pueblo que no tiene que preocuparse por formar parte de la lista de la España vacía: "Aquí no hay paro".

Están seguros que de no ser ellos los trabajadores de esta industria, serían otros en cualquier otro lugar, por lo que no entran en debates éticos o morales a la hora de saber que las armas se envían a lugares de conflicto, como Ucrania o Israel.

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