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EXCLUSIVA DE ESPEJO PÚBLICO

Primeras imágenes del interior de la finca donde pudo morir Asunta

Espejo Público muestra en exclusiva la principales pruebas encontradas durante el registro de la finca de Teo, en lo que se considera ya como el escenario del crimen. Por primera vez ve la luz el interior de esa casa. Imágenes tomadas horas después de la muerte de Asunta.

El hallazgo del cadáver de Asunta Basterra se acaba de producir. Hace tan sólo unas horas que la niña ha sido asesinada. Y las primeras investigaciones llevan a la Guardia Civil a la finca de la familia Porto en la localidad de Teo. Es el 25 de septiembre. Son aproximadamente las 11 de la mañana  padre y madre de Asunta acompañan a los agentes a ese primer registro. Alfonso Basterra fuma en el jardín. Rosario está ya en el interior con la Guardia Civil. En un momento determinado, pide ir al baño pero en realidad se dirige al dormitorio principal. Uno de los investigadores la sigue y la descubre en una habitación manejando una papelera. Un cesto de mimbre.

Inmediatamente, el gesto de Rosario y el objeto llama la atención del Guardia Civil. Y es que, toda la casa está limpia, impoluta. Pero el cesto contiene lo que podrían ser ya, las primeras pruebas del caso y que hay que analizar. Varios pañuelos de papel, un envoltorio, una mascarilla y un pedazo de cuerda naranja. El análisis posterior provocará el hallazgo de una huella de Rosario Porto en la mascarilla. La de su dedo izquierdo. La madre de Asunta dice que la usa para protegerse de los ácaros pero no podrá dar una explicación contundente sobre el que es quizás el elemento que más claramente la relaciona con el crimen de su hija, un pedazo de cuerda naranja.

Sus características, su  forma y su color son idénticos a los trozos hallados junto al cadáver de la niña. El hecho de ser encontrados en ese registro coloca a la madre en el punto de mira. Pero también al padre, y es que, tras el hallazgo, sin casi ser preguntado, Alfonso Basterra insiste a los agentes en que se trata de cuerda usada para realizar trabajos de jardinería. Explicaciones que no convencen a unos agentes que acaban de encontrar lo que se considera ya la prueba fundamental de un macabro plan.

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