Crisis en el campo
Quema su plantación de naranjas y aconseja a su hijo abandonar la agricultura: "Estudia porque aquí no hay futuro"
Lluis Miquel soñaba con seguir la tradición agrícola de su familia tomando el relevo a su padre en la plantación de naranjas. La crisis de los precios les ha llevado a quemar la plantación y abandonar el campo. "A muchos jóvenes sí nos gustaría dedicarnos al campo pero no lo hacemos porque es un negocio deficitario", afirma.
Lluis y Lluis Miquel son padre e hijo y tienen una plantación de naranjas. Han decidido prenderles fuego para mostrar la situación que están viviendo: les es insostenible mantener su negocio. Este año les querían pagar el kilo de naranjas a 4 céntimos cuando el coste de producción es de 30. Dejan de ser precios competitivos y han decidido echarse a un lado aunque reconocen con pesar que "esta decisión no se toma de un día para otro".
Este año se han quedado la naranja del campo esperando a ver qué pasaba a final de la campaña. Finalmente la tuvieron que vender para zumo a 4 céntimos el kilo y han optado por arrancar los naranjos. Ahora están pensando en nuevas plantaciones más rentables pero no encuentran un negocio del campo que sea sostenible. Señala el padre de familia que en Europa hay 2.000 contenedores en se naranjas de Sudáfrica parados porque vienen contaminados sin el tratamiento que requiere la UE y con este panorama seguir se hace muy cuesta arriba.
"Este año la naranja de campo la hemos vendido para zumo a 4 céntimos el kilo"
"Esta campaña nos espera un futuro desastroso. A la hora de vender se te cae todo el mundo encima, el mayor beneficio que vamos a tener ahora es no dedicar el dinero al cultivo de la naranja", señala.
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Lluis Miguel nació en una familia de agricultores de toda la vida desde la generación de sus bisabuelos. Tiene sus campos desde hace 40 años. Su hijo quería seguir manteniendo la profesión pero ahora le ha recomendado estudiar porque no hay futuro. "Estudia porque no hay ningún futuro", le ha asesorado su progenitor. Lluis señala que aunque es joven le gustaría dedicarse a la agricultura pero no lo hace porque no es un negocio deficitario.