¿Quién es sor Genoveva, la amiga muy cercana del papa Francisco que se saltó el protocolo para llorar su muerte junto a él?

Miles y miles de personas han pasado frente al cuerpo del papa Francisco en el Vaticano, fallecido el lunes 21 de abril. Más de 20.000 personas acudieron hasta las 19:30 horas. El tiempo en la fila excedía las seis horas. La madrugada no ponía fin a las largas colas de fieles y curiosos que deseaban dar su último adiós al Pontífice y la afluencia todavía aumentaba con la primeros rayos de luz del jueves.

La avalancha de gente está siendo comparada con la capilla ardiente de Juan Pablo II e incluso se cree que puede ser superada. Cuando murió Juan Pablo II se estimó el total de asistentes a los actos de despedida en 2 millones. Cifra que según el periodista corresponsal de Antena 3 en Roma, sacerdote y asesor religioso de la Embajada de España ante la Santa Sede, Antonio Pelayo, pudo ser exagerada.

Cinco minutos de lloros y oraciones

Pero entre esos miles y miles de visitantes ha destacado una persona. Una monja de 81 años que rompió el protocolo. Llegaba frente al féretro de Francisco, se hacía a un lado y lloraba. También rezaba por el alma del Santo Padre. Una imagen de una ternura abrumadora. Era amiga del papa Francisco, Geneviève Jeanningros. La Guardia Suiza la reconoció y permitió sus oraciones junto a su desaparecido amigo durante algo más de tiempo que a otros fieles.

La hermana vive humildemente en una caravana siguiendo los principios que predicaba el considerado 'Papa del pueblo', y estaba entregada a la causa de los más desfavorecidos, intercediendo con insistencia por ellos ante el pontífice. Por ello Francisco se refería afectuosamente a ella como "la enfant terrible". Sor Geneviève pertenece a la orden de las Hermanitas de Jesús y es sobrina de otra monja, desaparecida durante la dictadura argentina en uno de los vuelos de la muerte. De hecho la amistad entre ambos se remonta a esa oscura época de Argentina, entonces Jorge Mario Bergoglio, más tarde papa Francisco, era amigo de la tía de Geneviève.

¿Una influencia crucial?

La religiosa se puso en contacto con el pontífice tras ser elegido. A partir de ahí mantuvieron contacto con frecuencia hasta el fallecimiento de Francisco. Ella le contaba su labor con transexuales, personas marginadas, prostitutas, etc., y le transmitía la necesidad de ayudar a los más necesitados. Igual su cercana influencia apuntaló el pontificado de Francisco.

El padre Jesús Silva es un cura muy activo en redes sociales aunque él prefiere no ser presentado como influencer. Así llega a nuevas generaciones, con las que la Iglesia de Francisco estaba también tan comprometida. El sacerdote se ha deshecho en elogios hacia ambos: "Una persona humana, pues una persona, ¿no? Una persona accesible y cercana. Con esa personalidad tan acogedora. Sin dejar que el puesto le quitase la parte de cariño humano (...) y de ser un ser humano de los pies a la cabeza. Esto se refleja en el llanto de esta religiosa".

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