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Ramón Freixa: "Siempre he sido un friki, con 7 años pedía bogavante en los restaurantes"

Fran Rivera ha charlado con el chef Ramón Freixa. Con dos estrellas Michelin, es uno de los mejores cocineros de España. Destrás de su éxito hay mucho trabajo y pasión por la cocina. Esta es su historia.

Lo de Ramón Freixa con la cocina le viene desde niño. Su abuelo fue panadero y su padre cocinero. A él en un primer momento le llamó más la vocación de cantante. Reconoce que todo vino tras ver actuar a Miguel Bosé, quería moverse como él, aunque pronto vio que sus dones estaban más enfocados a la cocina.

Sus padres recibieron con gran alegría la noticia de que Ramón perpetuaría la tradición familiar en los fogones. Recuerda que ya desde niño era un friki con la cocina. Sus padres no le dejaban ir a sitios de comida rápida aunque él lo hacía a escondidas. Cuenta que con 7 años fue con sus padres a un gran restaurante y ya pidió un bogavante ahumado.

"Cuando empezó, su trauma era limpiar chipirones, no acababa nunca"

Con dos estrellas Michelin y el reconocimiento de ser uno de los mejores chef de España, se encarga de la cocina del Teatro Real que siente como una de sus casas. "Todo lo que sea el comer y el beber aquí nos encargamos nosotros", señala.

En sus inicios tenía un trauma que era el limpiar chipirones: una labor que no se terminaba nunca. Cree que es importante no acomodarse tras los reconocimientos y recomienda a los cocineros que después de haber conseguido una estrella Michelín trabajen para conseguir otra. "Debes trabajar por conseguir más para no quedarte nunca atrás y seguir evolucionando", señala. Sus productos fetiche son el huevo y el chocolate.

Se hizo objetor de conciencia para no hacer el servicio militar y le mandaron a su pueblo a dar clases de cocina a las abuelas y a las amas de casa. Recuerda entree risas que las mujeres de su pueblo se compraron muchos robots de cocina y sifones para hacer espumas.

"Sus alimentos fetiche son el huevo y el chocolate"

Detallista y perfecionista por excelencia reconoce que tiene 62 perfumes y que usa todos. Apunta que comer bien cuesta, aunque "una mala croqueta es mucho más cara que una buena". "Lo mismo ocurre con las sardinas espetás, que no son caras y son un espectáculo si están bien hechas".

Puedes ver la entrevista completa al chef Ramón Freixa en Espejo Público a través de Atresplayer.