Rosa García: "Para impulsar la economía en España apostaría por una educación 4.0 y una nueva competitividad"

Rosa García siempre fue la primera de la clase. Cuando era pequeña no estudió párvulos y pasó directamente a primero porque sabía leer, sumar y escribir. Siempre quiso ser profesora de matemáticas pero a la actual presidenta y Consejera Delegada de Siemens en España y presidenta de la Cámara de Comercio alemana en nuestro país la vida le llevó por otro camino.

Su primer trabajo consistía en dar un servicio técnico cuando se estaban empezando a usar los primeros ordenadores en España. Ese mundo la enamoró y hasta el día de hoy no ha dejado de redescubrir las nuevas tecnologías.

Considera que en el Siglo XXI muchas de las ideas que nos enseñó la Universidad se han roto. "Los directivos tienen que ser los que tienen todas las preguntas y no todas las respuestas. Han de ser capaces de crear un entorno donde sus colaboradores estén motivados. Que sean capaces de que alguien les lleve la contraria y tiendan unas redes menos jerárquicas", mantiene.

Los directivos tienen que ser capaces de que alguien les lleve la contraria

Para impulsar la economía en España apostaría por una educación 4.0 en el que cada día haya que seguir estudiando y renovándose y unos contenidos curriculares que estén muy al día y pegados a la empresa. Por otro lado, ayudaría a España a entender mejor la tecnología y utilizarla en una posición privilegiada de competitividad mundial. "No podemos ser el país de los sueldos bajos", ataja.

Sobre la escalada de los precios energéticos cree que la clave está en que las redes de transmisión de energía y las casas estén mejor conectadas. "Cuando se hizo la planificación energética de España se pensó que el consumo eléctrico iba a seguir creciendo pero la economía española se ha frenado mucho en los últimos 10 años y empezamos a ser mucho más verdes en nuestro consumo. Se ha estabilizado a la altura de lo que consumíamos en el año 2004, hay sobreinversión energética y acabamos haciendo burbujas extrañas", asegura. Cree que la clave está en intentar tener eficiencia energética e invertir con mucha cabeza.

Vivió en EEUU en su etapa en Microsoft y sobre el fenómeno Trump opina que "la economía es global y es imposible ponerle puertas al campo".

Se siente orgullosa de decir que en Siemens con la crisis nunca se bajó el sueldo a los colaboradores. "Hubo un año en que se lo mantuvimos pero los empleados respondieron. Colaboramos todos juntos, tenemos que olvidarnos de esa empresa enemistada con sus empleados y hacerla mucho más transparente", asegura.