"Lo siento, pero no da el perfil": expulsados del mercado laboral al cumplir los 45

“Joven, ambicioso, proactivo y dinámico”. Esas son las características que busca el empresario de 28 años que nos recibe en su oficina. “¿Tienes algún empleado que ronde los 45? No, ninguno”. A los 45 ya no se es joven, ni ambicioso, ni proactivo ni dinámico a juzgar por los números del desempleo: el 56% de los casi 3 millones de desempleados que hay en nuestro país, supera los 45 años. Lo llaman “edadismo” pero si lo prefiere puede quedarse con la definición: discriminación laboral por cuestión de edad.

Milagros nació en 1962. Ha ejercido su profesión durante 30 años llegando a puestos intermedios en una multinacional americana. Fue despedida en 2014. La empresa admitió el despido improcedente y la indemnizó. Pero desde entonces le ha sido imposible volver a entrar en la rueda del mercado laboral. “Llevo 3 años buscando trabajo activamente pero mi CV no llega. ¿Por qué es necesario meter en año de nacimiento para valorar la experiencia y la formación de una persona?”, se pregunta. La situación afecta en lo económico y quizá más en lo psicológico: “piensas: ¿por qué ya no valgo?”

“Descartamos a mucha gente por la edad”, admite un gerente

Entramos en la agencia inmobiliaria de Cristian en una bulliciosa calle madrileña. Admite que acaba de entrar un señor de 50 años con experiencia en el sector para dejar su CV, “pero no se acopla a lo que buscamos”. La pregunta que sigue es la esperable: ¿y qué buscáis? “Buscamos gente joven, dinámica, entre 23 y 30 años. Descartamos a mucha gente por la edad”. Otra vez la juventud y el dinamismo como requisitos inapelables.

Antonio es un leonés de 53 años que cuenta por días el tiempo que lleva desempleado: 3.971 cumple el día que le entrevistamos. Es licenciado en Ciencias del Trabajo, Graduado Social, Técnico Superior en Riesgos Laborales y máster en Dirección de RR.HH. También sufrió despido improcedente a los 42 y también fue indemnizado. Esos casi 4.000 días son más de 10 años y desde entonces no le han ofrecido más que algún puesto como autónomo o falso autónomo. Vive en el piso de sus hermanos a cambio de nada, pues no tiene ingresos.

“Existe un algoritmo que nos impide acceder siquiera a la entrevista de trabajo”

Nos muestra las denuncias que ha presentado contra más de 20 empresas por discriminación laboral, y algunas de esas ofertas que se publican sin pudor alguno: “Se busca abogado con unos 35 años y 7 de experiencia”. Otra de las ofertas se adapta a su perfil: “Delegado comercial en empresa de seguros. Edad máxima de contratación: 39 años. Abstenerse quien no cumpla la edad de contratación”. Antonio se refiere a un “algoritmo” que boicotea a los “seniors” antes incluso de poder acceder a una entrevista de trabajo: “la preselección no la hace una persona sino un programa informático, un algoritmo” que expulsa directamente a quien supere cierta edad. “Estamos luchando para que se legisle y se prohíba a portales de empleo y redes sociales profesionales que pregunten la fecha de nacimiento”.

Tome nota porque si no los ha cumplido, llegará a ellos: el edadismo empieza a los 45. A los 50 es cuando se agrava irreversiblemente. Es algo en lo que coinciden todos los entrevistados que han decidido participar. Muchos otros han rechazado hablar por pudor o vergüenza. Es el estigma del parado de larga duración.

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