La primera de las pistas es la alcantarilla por la cual Santiago del Valle asegura que arrojó el cuerpo de Mari Luz. En su primera declaración afirma que tiró a la niña en la alcantarilla cerca de un hotel en el barrio del Torrejón, pero, si esto es así, ¿cómo llegó el cuerpo de la pequeña a las marismas?. Según los técnicos, en esa época no llovió tanto como para lograr que el cuerpo de la pequeña llegara hasta las marismas.
¿Se puede establecer una relación directa entre la desaparición del cuerpo y los acusados que se sientan en el banquillo?. La realidad es que está siendo muy complicado, pues lo único claro en este aspecto es que, con la ayuda en expertos en geología, la Policía encuentra tierra en los bajos del coche de Rosa y coteja esta tierra con la que se tiene el cuerpo de la niña. Lo que se termina demostrando con esto es que el cuerpo de Mari Luz se encontraba en un charco del interior de la marisma hasta que fue arrastrado por la marea hasta donde finalmente fe encontrado.
La casa, el supuesto lugar del crimen, es otra de las pistas en las que trabaja la Policía. Lamentablemente tampoco es un lugar donde se haya encontrado nada definitivo. La Policía afirmaba durante el juicio que ni en el domicilio, ni en el portal se encontraron restos biológcos que demostraran que allí se encontrara Mari Luz. Además, por esa casa pasaron muchas personas en esos días y se pudieron destruir pruebas.
Otra de las pistas es el vehículo de Rosa del Valle en el que, supuestamente se trasladó el cadáver de la pequeña hasta las marismas. El coche, que estuvo mucho tiempo sin estar precintado, estaba completamente limpio como si lo acabaran de limpiar a conciencia. En el taller de la Policía se desmontó y se encontró tierra que, sin embargo, no coincide al 100 por 100 con la que hay en las marismas, donde se supone que arrojaron el cuerpo de Mari Luz. Es curioso que la casa de los Del Valle fuera una escombrera y el coche, por el contrario, estuviera inmaculadamente limpio.
Por último nos encontramos con las botas de Santiago del Valle. Se trata de una pieza fundamental que, por el contrario tampoco suponen una prueba irrefutable. Entran en escena cuando Isabel García, la mujer de Santiago, le delata y afirma que se su marido llegó con ellas manchadas de barro amarillo. Cuando las botas llegan a la Policía, estas se encuentran impolutas y sin restos de ningún tipo de barro.