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INFORME PSIQUIÁTRICO DE ROSARIO PORTO
"Tengo la conciencia tranquila y cuando llega la noche, duermo"
En el caso Asunta, Espejo Público ha tenido acceso al informe psiquiátrico realizado por los expertos del Instituto de Medicina Legal de Galicia que asegura que Rosario Porto estaba en sus cabales en todo momento.
Rosario Porto lleva años en tratamiento psiquiatrico. Según los especialistas, sufre un trastorno adaptativo de tipo depresivo. Después de casi seis meses sin Asunta, éstas son sus palabras. "He tardado mucho tiempo en asumir su muerte. He necesitado mucho tiempo para darme cuenta de que Asunta estaba muerta".
Sorprendentes declaraciones de una mujer con una inteligencia por encima de la media, pero bastantes clarificadoras teniendo en cuenta el informe psiquiatrico, según el cual Rosario padece rasgos de personalidad de tipo obsesivo compulsivo. "Me he criado en un patrón de familia atípico. Siempre con mi abuela materna. Mis padres estaban muy ocupados con sus actividades profesionales". Una mujer con marcados picos de ansiedad derivados de un pasado que, aunque no parece conflictivo en la relacion con sus padres, tampoco debió de ser placentero al menos con la madre. "Mi madre era imprevisible, no se podía confiar en ella. Era contradictoria, muy descarnada diciendo las cosas. Me quería mucho, pero le faltaba un hervor. Era encantadoramente odiosa." La madre de Rosario al parecer no se andaba con sutilezas para con ella lo que hería contínuamente su marcado caracter narcisista, de ahí que la relación con el padre se hiciera más afectiva. "Mi padre, era mi debilidad. Soy como él. Muy culto, muy inteligente. Muy exigente, pero también lo era consigo mismo". Una figura, la paterna, que según los psiquiatras Rosario tenía idealizada, mitificada.
Rosario se sentía satisfecha con la relación que su hija mantenía con sus padres, unos abuelos que desearon más que nadie la llegada de Asunta a sus vidas. "Asunta quería con locura a sus abuelos y ellos a ella. Daba gusto verles juntos, tan felices. Yo estaba orgullosa de su relación." Un "yo" hipervalorado el de Rosario que, aunque trataba de disimularlo, no acababa de encajar las excelencias, virtudes y altísimo coeficiente intelectual de Asunta. "No era una niña fácil de llevar porque era muy exigente con ella misma y con los demás. Muy brillante, inteligente, fantasiosa. Una niña de altas capacidades. Era mucho más lista que yo. Estaba muy ilusionada y satisfecha con sus actividades escolares y extraescolares. Ella misma era la que demandaba sus clases de inglés, francés, música y ballet. Era incansable. Te podía llegar a agotar".
Pero si hay algo especialmente reseñable, es el análisis que la propia Rosario hace de su relación con Basterra y sobre su participación en el crimen. "Soy inocente. Tengo la conciencia tranquila y cuando llega la noche, me echo a dormir. No creo que Alfonso sea el culpable aunque reconozco que en alguna ocasión, sí lo he pensado. Creo que hay dos hipótesis como móviles del crimen: la económica y la sexual".
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