Galicia

Vivir como fijo discontinuo: Javier Portas, monitor de gimnasio obligado a compartir habitación

A sus 48 años Javier nunca pensó que tendría que compartir habitación, ya que con su salario ni siquiera puede acceder al alquiler de un piso en A Coruña (Galicia). Él es uno de los 443.078 trabajadores fijos discontinuos que hay en España.

Así es la vida de un fijo discontinuo.

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Los precios imposibles de la vivienda han obligado a muchos inquilinos a recurrir al alquiler o incluso a compartir habitación.

Javier Portas tiene 48 años y es monitor en un gimnasio de A Coruña. Este trabajador no ha podido ni si quiera compartir un piso, comparte habitación con una gran amiga, "si no, por los requisitos que piden sería imposible", señala. Asegura que tiene facilidades de pago y trabaja como fijo discontinuo en el Ayuntamiento de A Coruña. Pese a ello el sueldo no le alcanza, un mes bueno son 600 euros.

Una baja médica, un mal divorcio y la imposibilidad de acogerse a un ERTE

El precio medio de un apartamento en La Coruña son unos 470 euros. Tiene un problema de ingresos y de requisitos porque le piden tener ingresos mínimos de 1.600 euros. Nunca pensó llegar a esta situación pero en los últimos años ha pasado momentos muy duros. Durante la pandemia estuvo de baja médica, atravesó además un mal divorcio y al ser fijo discontinuo no puedo acogerse a los ERTE. Recuerda que en aquella época sus ingresos eran inexistentes o como mucho llegaban a los 120 euros.

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