Investigación

Vivir en el suelo, entre humo, ruido y basura: "Duermo en la carretera"

La vida en las grandes ciudades es muy distinta en función del vecindario, pero las personas que protagonizan esta historia viven una situación desesperada y en muchas ocasiones representan un drama invisible para el resto.

Vivir en la M-30

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Como Mónica, muchos habitantes de las grandes ciudades emplean cientos de horas al año en los atascos de tráfico de hora punta de las grandes ciudades. Eso sí, el periodista de Espejo Público, Javi Fuente, ha descubierto a personas que pasan toda su vida literalmente en la M-30 de Madrid.

Javi informaba desde uno de los poblados de pequeñas infraviviendas improvisadas y tiendas de campaña. Principalmente personas migrantes, que como en el caso de un hombre al que le caducaba justo este mismo día el permiso de trabajo.

"No duermo bien, mira la basura"

Adu Sabal no quiere dar la cara, cuenta su situación, afirma que ahí están mal, que viven rodeados de desechos y no pueden descansar bien. Denuncia que después de 7 años, ya no puede trabajar legalmente, y al mismo tiempo que llevan varios instalado ahí, esperando la ayuda que les habrían prometido y "que no llega", asegura.

En pleno centro de Madrid, en uno de los laterales de la M-30, aproximadamente a la altura de la Plaza de Toros de Las Ventas. Ahí viven varias decenas de personas, en una situación muy difícil. Duermen al raso sufriendo el constante ruido de los vehículos y el humo de sus motores.

A escaso metros del asfalto

El asentamiento, al que no es fácil acceder, está separado de la conocida circunvalación madrileña tan sólo por una valla metálica que tiene varios rotos. Tras ella se han montado numerosos habitáculos con cartones, maderas, telas y plásticos, o tiendas de campaña. Chabolas improvisadas con todo tipo de pequeño mobiliario y gran cantidad de basura. La situación es insalubre en muchos casos.

Sus habitantes, "de todo un poco"

Personas sin hogar, que en su mayoría padecen una situación irregular y no tiene acceso al mercado laboral legal, también algún que otro ciudadano español. Algunos se dedican a la chatarra. Aseguran que tienen "muchos problemas". Hace unos días se quemó parte del poblado, según cuentan de forma intencionada por personas que no quieren que estén ahí.

Para su seguridad, algunos se han hecho con dos perros 'Pitbull', raza considerada potencialmente peligrosa. Los animales están confinados en una de las estructuras, con el riesgo de escaparse y causar algún problema mayor.

Zonas peligrosas

En uno de los momentos de la cobertura, el periodista reconoce que tiene que extremar las precauciones porque ha estado a punto de caer por la pronunciada cuesta en la que se instalan las chabolas en varias ocasiones.

"Hoy muertos"

En una de esas precarias viviendas vive Munir, que abría las puertas de su 'casa' al compañero de Espejo Público. Un habitáculo de dimensiones muy reducidas en las que vive "como puede" con otro hombre, de la caridad, la chatarra o buscando en la basura.

El segundo dice, "hoy muertos", en referencia la fecha en la que expiraban sus permisos, justo este martes 10 de septiembre. A ojos del sistema ha pasado a ser invisible, pese a haber trabajado y no haber tenido ningún problema con la justicia, como aseguraba.

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