Su entrevista más personal
Roberto Leal repasa los 1.000 programas de Pasapalabra: "Me encanta cuando el guion salta por los aires"
El presentador habla de sus sensaciones tras casi cuatro años embarcado en esta aventura, de cómo es un día de rodaje, de los inicios, del contacto que mantiene con los concursantes que han pasado y del cariño de los espectadores.
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Desde hace casi cuatro años, se ha convertido en una cita ineludible. Los espectadores ya no se imaginan una tarde sin Pasapalabra y sin Roberto Leal, una pareja de programa y presentador perfecta que les ha llevado a una efeméride mágica: ¡cumplen 1.000 programas!
"Se ha convertido en una bendita rutina", asegura Roberto. El sevillano nos concede una entrevista muy personal, en la que se muestra feliz por estar "cada tarde acompañando a muchísima gente y rodeado de tanto talento". "No me imaginaría mi propias tardes sin Pasapalabra", confiesa.
"No me imaginaría mi propias tardes sin Pasapalabra"
Él disfruta de cada jornada de rodaje. Llega "tempranito", aunque después de los invitados y de los propios concursantes. Primero pasa por maquillaje, le peinan "un poquillo" y "ya a grabar". Eso sí, ha hecho un trabajo previo en casa leyéndose los guiones.
El tema de la dicción siempre ha generado mucha curiosidad. "Piensa que son casi trabalenguas", comenta sobre las preguntas de las pruebas.
"No sé si el programa lo hago mío o yo me amoldo al programa"
Todo requiere de mucha preparación, aunque también ayuda la experiencia. Por eso, al echar la vista atrás hacia los inicios, Roberto recuerda "muchos más nervios que ahora". Por eso, menciona la extraordinaria ayuda que recibió del equipo: "Me llevaron de la manita, me sentí muy protegido desde el principio con ellos y sigo igual, cualquier costa que necesite siempre están ahí".
Ahora, tras mil programas, Pasapalabra tiene el sello personal del sevillano. "No sé si el programa lo hago mío o yo me amoldo al programa", afirma sobre esta simbiosis. "Creo que la gente se divierte contigo y se entretiene si eres lo más parecido a la vida real, eso normaliza mucho y hace más amable si cabe el concurso", opina.
El papel de los invitados y su relación con los concursantes
Quienes consiguen romper el guion son los invitados. "Cuando el programa salta por los aires, me encanta", asegura, recordando la espontaneidad de Karina o los bailes por los suelos de Torito entre otros momentazos. "A priori, no es algo que te esperas ver en Pasapalabra pero creo que le da ese punto de frescura", defiende, subrayando que "no es un programa cuadriculado, es un programa vivo".
"No es un contacto diario pero no es que haya sido salir de aquí y ya no volver a hablar con ellos ni verles más, y me alegro porque hemos vivido muchas cosas juntos"
La otra parte esencial, incluso la que más, de Pasapalabra son los concursantes. En 1.000 programas han pasado un millar de aspirantes, de los cuales algunos se han convertido en concursantes... y han dejado una huella imborrable. Roberto asegura que tiene contacto con la mayoría: "Nos cruzamos mensajes, sobre todo en momentos grandes del programa o incluso en sus cumpleaños, con Pablo, Luis de Lama, Nacho Mangut, Orestes... Con Rafa he hablado alguna vez, hace ya más tiempo", revela.
"No es un contacto diario pero no es que haya sido salir de aquí y ya no volver a hablar con ellos ni verles más, y me alegro porque hemos vivido muchas cosas juntos", asegura.
Para poner el broche a la entrevista, como fan de la prueba de La Pista, el presentador elige una canción para la fiesta del programa 1.000 de Pasapalabra. Haciendo un homenaje a Lina Morgan, canta "Gracias por venir". ¡No te pierdas la entrevista al completo en el vídeo!
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