El Rosco | 3 de octubre

El triple motivo de felicidad de Moisés en El Rosco ante Óscar: “¡He llegado sin Silla!”

Los dos concursantes han firmado tablas por segunda vez, lo que supone un premio especial para el riojano: se asegura su programa 100 en Pasapalabra.

El triple motivo de felicidad de Moisés en El Rosco ante Óscar: “¡He llegado sin Silla!”

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Moisés alcanzará en el próximo programa una marca al alcance de muy pocos concursantes de Pasapalabra: entrará en el club de los centenarios. Se ha asegurado este éxito tras un final de infarto en El Rosco contra Óscar, con muchísimo suspense hasta casi el último segundo. El concursante se ha librado de la Silla Azul con su última respuesta, después de fallar la anterior, y se ahí la forma en la que ha celebrado el acierto.

El abrazo que se han dado Moisés y Óscar con su segundo empate ha tenido un significado especial. Al comienzo del programa, el madrileño celebraba que su rival y, sobre todo, compañero hubiera superado la Silla Azul porque significaba que, como mínimo, iba a tocar su programa 100 de alguna manera. Por eso, al terminar igualados a 22, la felicidad era total y la resumía el propio concursante centenario: “¡He llegado sin Silla!”.

El octavo duelo entre los dos ha estado emocionante desde el principio, cuando Óscar ha fallado la B en su primer turno. Su “bolero” tenía que ser “balada” y ese error le ha ido condicionando hasta el final. De hecho, ha terminado con 22 aciertos y en manos de su rival. Lo inesperado es que Moisés haya fallado, cuando tenía 21 letras, la pregunta que le daba la victoria. Por eso, al sumar una palabra más, ha encontrado un triple motivo de felicidad: empate, sin Silla Azul y programa 100. ¡Revive este trepidante final en El Rosco!

Igual de competido ha sido el duelo entre los concursantes en La Pista. Moisés ha dejado un momentazo en esta prueba cuando se ha atrevido a imitar a Enrique Bunbury.

Moisés se atreve a imitar a Enrique Bunbury: “¡Cómo viene hoy!”

El riojano se ha lanzado a cantar a pesar de que el tema que tenía en mente no le concordaba con el año avanzado por Roberto Leal, 1988. La mera intención de emular al líder de la banda Héroes del Silencio ha tenido mucho mérito, además de que ha dejado un momento muy divertido.

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