"¡Llegó la gran final, el Apocalipsis de 'Top Chef'!", por @diostuitero

Parece que fue ayer cuando recibíamos a los doce concursantes, como doce apóstoles. Al final, la cosa ha acabado peor que la Última Cena.

¡Qué buenos momentos hemos vivido junto a gente como Filipetti, el maestro zen creador de los macarrones hechos con salsa de tomate y el tomate hecho con pasta de macarrones! ¡Cómo olvidar aquel día que se inventó que era celíaco y puso de los nervios a todo el personal mientras a él no le subía ni una sola pulsación!

Tampoco olvidaremos nunca la hostia que se metió Richard en aquel parador, mucho mejores que las mías, o el día que Mr Perfecto Montoro estalló frente a Rakel y le dijo eso de “No te pases ni un pelo”. Hablando de genio, qué decir de Melissa, la concursante que resucitó y estuvo a punto de llegar a la final.

No olvido a Marcano, que se tiró un programa entero recomendando la sopa y al final fue eliminado al cocinar una. Tampoco a Julio, el doble de Imanol Arias, Eva y Xavi, los benjamines, o Tomás, Manu y María Rosa, que nos dieron muestras de su buen hacer culinario en los fogones de 'Top Chef'. Imposible olvidar tampoco a Fátima, una persona con la autoestima todavía más alta que yo, por algo su restaurante se llama “La Atrevida”.

Tras un sinfín de pruebas y emociones hemos llegado a la gran final. Es la primera final entre tres en lugar de dos: Rakel, Víctor y el ego de Víctor.

Rakel ha sido la revelación del concurso. Envuelta en todas la polémicas, su relación con Melissa pasó del amor al odio en cuestión de segundos, convirtiéndose ambas en las Pimpinela de la cocina. Con Víctor la relación todavía es peor. El cocinero que habla de sí mismo en tercera persona y que repite como un loro en cada programa que posee una estrella Michelin le ha dedicado bellas frases a su oponente: “Rakel no es cocinera, es una montadora de platos”.

¿Ganará esta “montadora de platos” a todo un “estrella Michelin”? ¿Acabará la estrella estrellado?