Publicidad
@NORCOREANO COMENTA EL PROGRAMA
"Atún y chocolate", por @norcoreano
"Unas veces se gana y otras se aprende, y Víctor ayer aprendió contra alguien que no tiene una estrella Michelin". El tuitero @norcoreano comenta la gran final de 'Top Chef' donde Rakel se alzó con el ansiado título.
“Maracanazo" es el término con el que se conoce a la sorprendente derrota en casa de Brasil contra Uruguay en el Mundial de fútbol de 1950, desde ayer disponemos de otro concepto parecido para referirnos a una derrota en una competición gastronómica, “Maracuyazo”: “Dícese de la sorprendente derrota del plato de maracuyá de una estrella Michelin ante una joven cocinera miope, el David contra Goliath de los fogones".
La final de 'Top Chef' se decidió con atún y chocolate, como aquella película de Pablo Carbonell. Víctor y Rakel contaron con el apoyo inesperado de algunos de sus ex compañeros como pinches. Víctor aprovechó el último programa para desvelar algunos detalles hasta ahora ocultos de su pasado, como que tiene que una estrella Michelin, que se casó con una mujer española y tuvo una hija y una estrella Michelin y que, pese a haber tenido éxito en la cocina, le gusta mantener los pies en la tierra y trabajar con cocineros de todo tipo para que sepan a qué huele una estrella Michelin.
Rakel optó en su plato principal por una ensalada que contenía todos los sabores del Mediterráneo: la sardina malagueña, la naranja valenciana, el “acho pijo huevo” murciano, el vómito de guiri borracho de Salou… Para el postre se decidió por una “Ruta del chocolate inspirada en Valencia”, algo que me recordó a otra ruta gastronómica valenciana en la que también se trabajó mucho el chocolate en su época: “La ruta del Bakalao”.
Víctor se jugó la final con un plato que no había hecho nunca: atún en lingote glaseado con salsa de carrilleras, crema de arroz con leche de coco, cebolla encurtida, brotes y cítricos. Esa es la sinopsis, el título completo todavía no lo ha terminado de recitar. La final fue como siempre: música épica de soltar lagrimilla, Melissa torturando un muñeco vudú de Rakel, emplatados de último segundo y un Víctor que se creyó ganador antes de tiempo: “Vamos a ganar, nosotros somos cocineros profesionales”, llegó a decir, menospreciando un poco el plato de Rakel, al que llegó a calificar como “un simple emplatado”. Llegó la cata del jurado, el veredicto, el confeti, la felicidad y la decepción y así fue desapareciendo otra edición más de 'Top Chef' como humo por el estractor. De esta edición de 'Top Chef' hemos aprendido varias cosas: que el tuétano es lo más “in” ahora mismo en la alta cocina, que “liofilizar” es un verbo y que hay gente que se gana la vida cocinando y no sabe utilizar una olla express. Nos vemos el año que viene en 'Top Chef'.
Publicidad