Antonio Villatoro iba en el coche cuando ocurrió el trágico accidente que acabó con la vida de Tino Casal

El primer episodio del documental de Tino Casal ya se ha estrenado en La Sexta y en Y ahora Sonsoles nos hemos sumergido con este motivo en la vida del artista que falleció hace 32 años.

Lo hemos hecho con el pintor Antonio Villatoro, uno de los hombres que mejor conocía a Tino Casal y que fue testigo de su trágica muerte porque iba también en el coche accidentado.

"Él me enseñó a ser libre y moderno", ha dicho, pues Antonio venía de su pueblo cuando lo conoció. Entonces, ha contado, le parecieron dos extraterrestres tanto Tino como su amigo Pepa. "Me quedé mudo", ha asegurado.

Antonio iba en el coche cuando ocurrió el accidente, y ha querido aclarar que ese día no habían tomado nada de alcohol. "Veníamos de cenar en un griego e íbamos a ver un estudio de grabación", ha dejado claro.

Ese día había llovido mucho y decidieron quedarse en Madrid en lugar de ir a Patones a cenar. El barro se desplazó en la carretera de Castilla, que estaba recién inaugurado y el coche patinó a unos 40 kilómetros por hora.

"Cuando estaba en el hospital nadie quería hablar de Tino, por lo que me imaginé lo que ocurrió", ha dicho. Posteriormente fue su padre quien le contó que Tino Casal había fallecido.

La vida de Tino Casal

Tino Casal nació en 1950 en Tudela Veguín (Asturias). Se aventuró a la música cuando estudiaba Bellas Artes y, teniendo a David Bowie como referente, se presentó al festival de Benidorm, donde quedó segundo.

De esta manera, el artista de ojos pintados y largos abrigos logró colarse en todos los hogares como referente de la movida madrileña.

El gran amor de su vida fue Pepa Ojanguren, con la que estuvo entre 1970 y 1983, aunque tuvieron una relación discreta y nada convencional.

Una necrosis marcó su salud durante años y se vio obligado a retirarse, incluso se rumoreaba que había muerto. Sin embargo, el artista regresó con Eloise más fuerte que nunca.

Solo un año después, un trágico accidente de coche acabó con su vida. Tenía 41 años. Pero su leyenda sigue viva, no hay fiesta en la que no se escuchen sus canciones.