Dos personas fallecidas
La borrasca Bernard deja un escenario de destrucción en el sur peninsular: "No hay derecho a esto"
El temporal ha llegado cuando aún en muchos lugares no se habían podido recuperar de los destrozos de Aline, la primera borrasca del otoño cuyas temperaturas se han mantenido altas hasta mediados del mes de octubre.
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Tras el paso de la borrasca Aline, que ha provocado estragos en todo el país, como en el caso de Almudena, cuya vivienda fue arrastrada por la lluvia, llega a España un nuevo temporal que ha causado también destrozos, especialmente en el sur del país.
Las lluvias y, sobre todo, el viento de la borrasca Bernard ha dejado un escenario de destrucción con coches aplastados por árboles o suelos arrancados. Y es que las rachas de 140km/h ha sido casi imposible de resistir.
Una borrasca que llega cuando aún no ha habido tiempo de recuperarse de Aline, y que lo ha hecho por el sur peninsular.
Sevilla, Cádiz y Huelva han sido las provincias más afectadas y, concretamente en esta última, se han registrado olas de hasta 6 metros de altura, dejando incluso barcos a la deriva.
Sin duda, la peor parte del temporal ha sido el fallecimiento de dos personas en Andalucía. Uno de ellos en Trigueros (Huelva), donde el coche de un vecino ha volcado por un desprendimiento de tierra.
En Córdoba otro hombre ha sido encontrado sin vida en una acera. También en la UCI permanece en estado grave una turista que ha sido golpeada por un árbol cuando visitaba la Alhambra.
Estas son solo algunas de las más de 1.500 incidencias que atendió el 112 en la comunidad. Pero la borrasca Bernard también ha dejado huella en Madrid, donde los bomberos recibieron más de 150 avisos por lluvias.
Hoy Cataluña y Aragón continúan bajo aviso amarillo por los últimos coletazos del temporal, una prueba más de que el otoño ha llegado con fuerza a España, después de que el calor se haya mantenido hasta el puente del Pilar.
Hablamos con los afectados por la borrasca Bernard
María, una de las afectadas, vive encerrada desde ayer porque la calle está completamente anegada. Ni siquiera ha podido llevarlos al colegio porque no puede pisar el suelo.
Ha explicado que de un momento a otro empezó a llover y todo se inundó, y que salió a cambiar el coche de sitio y el viento la llevaba.
También hemos hablado con José Manuel, el dueño de un bar de la zona, que ha contado que sus clientes estaban comiendo tranquilamente cuando, de pronto, se dieron cuenta de que no podían salir. "No hay derecho a esto, es muy peligroso", ha asegurado.
Durante horas estuvieron encerrados y José Manuel cree que hay que poner remedio. En primer lugar, debido a que los saneamientos no están como deberían. Y es que más de 24 horas después de las lluvias, el barrio sigue inundado.
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