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Cantora Kopas, el gran sueño empresarial de Isabel Pantoja en Fuengirola, se convierte en un centro de jóvenes
El local que un día fue el sueño empresarial de la tonadillera se ha convertido en un centro para jóvenes en Fuengirola. Un negocio con el que la artista entraba de lleno en el mundo de los negocios, pero que tuvo que cerrar apenas cuatro años después.
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Cantora Copas, el bar de Isabel Pantoja, ha pasado a ser un centro para jóvenes. Entre una imagen y otra han pasado 23 años y un largo periplo de negocios que ha parecido encontrar un destino definitivo.
En 2001, el restaurante de Isabel Pantoja comenzó a funcionar. Sin embargo, cuatro años después tuvieron que echar el cierre tanto de Restaurante Cantora como del posteriormente inaugurado Cantora Kopas, y ambos locales albergaron nuevos negocios.
El más longevo de todos fue un buffet chino que cerró el año pasado, un cierre que provocó que durante un tiempo el local se convirtiera en un refugio de okupas.
Sin embargo, al local le espera una nueva vida, pues Cantora Kopas ahora será un centro joven diseñado para tener en cuenta las propuestas de los jóvenes, según ha explicado la propia alcaldesa de Fuengirola.
El proyecto contempla una superficie superior a los 550 metros cuadrados y contará con espacios recreativos, zona de restauración y escenario de celebración de conciertos. Además, habrá una sala gaming y de robótica, así como otra de juegos de mesa y para celebrar reuniones.
La inversión municipal prevista es de 1,7 millones de euros.
La historia de Cantora Copas
El 21 de julio de 2001, Isabel Pantoja llegó a la inauguración del restaurante Cantora junto al hombre que había hecho su sueño realidad, Diego Gómez.
Meses atrás, la tonadillera, no contenta con su éxito como cantante, le manifestó a su novio el deseo de abrir un local y después de 352 días de trabajo, por fin se hizo la apertura en un momento en el que la multitud la quería y ella se dejaba querer.
Después de darse un baño de masas, Pantoja posó con todo el equipo del restaurante, pero entró sin hablar con la prensa, algo que sí hicieron sus grandes amigos. Tanto hablaron, de hecho, que a Raúl Sénder se le escapó uno de los secretos mejores guardados del menú.
Al evento acudieron su madre, doña Ana, la pequeña Isa, un joven Kiko Rivera y su hermano Agustín Pantoja. Fue justo un año después cuando la tonadillera decidió ampliar el imperio empresarial con Cantora Copas.
Una faceta de empresaria de Isabel Pantoja que queda atrás pero que nos regaló momentos inolvidables.
En las últimas semanas, Isabel Pantoja ha sido noticia después de que se conociera que estaba ultimando la venta de su piso de Sevilla, donde todavía vive Junco.
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