Carla López, la joven que desapareció en Barcelona cuando iba de casa al trabajo, ha sido localizada

Carla López, la joven de 36 años que desapareció hace tres días en Barcelona, ya ha sido localizada. Después de 72 horas en las que no se ha sabido nada de ella, ha reaparecido en una farmacia de Malgrat de Mar, según informa La Razón, sana y salva pero desubicada y sin saber qué había ocurrido en los días anteriores.

Ahora los Mossos d'Esquadra tendrán que investigar qué ocurrió para que desapareciera durante tres días.

Hace tres días saltaron las alarmas por que Carla tenía que abrir la clínica en la que trabaja, pero no lo hizo. La última vez que la vieron fue en Pineda de Mar, muy cerca de su casa, alrededor de las nueve de la mañana cuando iba a su puesto de trabajo después de pasar la noche con su pareja, pero nunca llegó y su teléfono estuvo desconectado desde entonces.

Sus familiares descartaron que fuese una desaparición voluntaria e incluso se activó la búsqueda por mar y tierra por la zona más cercana a su domicilio.

María del Carmen Núñez era una de las conocidas de la desaparecida, y aseguró en el programa que cada día hacía el mismo recorrido, además de que era muy buena y trabajadora. Nos contó además que cada día, a las diez de la mañana, abría la clínica, por lo que le extrañaba lo ocurrido, especialmente porque es una zona muy concurrida y su casa apenas está a 350 metros.

"Nunca me habría esperado esto", dijo. No vio nada extraño en ella ni en su rutina, por lo que no entendían qué pudo ocurrir. En cuanto a su pareja, María del Carmen no la conocía, pero llevaban poco tiempo saliendo y, aunque los ha visto juntos a veces, no sabía nada.

Ana Almirón, otra vecina, llegó a participar en el dispositivo de búsqueda. "Sentía miedo, me temía lo peor", aseguró. Ella también conoce a Carla, una chica, según ella, normal y muy tímida.

Apenas un día después de la desaparición, conocíamos nuevas pistas. Según la Policía, Carla no durmió esa noche en su casa, sino en Mataró y por la mañana fue a recoger sus cosas y dejar la documentación.

Posteriormente se dirigió a la clínica en la que trabajaba, pero de camino hay un punto muerto en la que ninguna de las cámaras graba la calle, y es ahí donde se pierde la pista. Por suerte, todo ha tenido un final feliz.