Dejaron de pagar

Eugenia Estébanez se encontró su casa destrozada por los okupas: "Me han destruido como persona"

Cuando llegó la pandemia sus inquilinos dejaron de pagar, y un año y medio después ha podido volver a su vivienda que ha quedado destrozada por los okupas: se llevaron muebles, quemaron la cocina, lo llenaron todo de basura… Ahora busca que se haga justicia por lo que hicieron con la que era la casa de sus padres.

María Eugenia es solo un ejemplo de todas las personas que sufren o han sufrido la ocupación de sus viviendas.

Cuando el contrato iba a rescindir, les enviaron un burofax para que abandonaron la vivienda. Pero no les hicieron caso. Sus inquilinos dejaron de pagar el alquiler con la llegada de la pandemia, y, ante las órdenes de desahucio, alegaron que estaban en situación de vulnerabilidad. "Dijeron que podrían causarle mucho daño porque estaba escolarizado, pero a 15 kilómetros de la casa", ha dicho.

María Eugenia incluso le ofreció tres mil euros para que se fueran, pero lo denegaron. Después de año y medio, esta mujer ha logrado que salgan de su casa, pero ha tenido que hacer frente al estado en el que ha quedado la vivienda.

Los destrozos de la casa los hemos podido ver en el vídeo que ha grabado ella misma y que ha compartido por redes. Una vivienda a la que Eugenia tiene mucho cariño porque era donde vivieron sus padres.

"Era como un campo de batalla", ha afirmado. Se han llevado muebles, han quemado la cocina, está todo lleno de basura… Tal fue el desastre que se encontró que Eugenia se desmayó cuando entró a la vivienda.

"Me han destruido como persona, moralmente y económicamente. ¿Qué me queda?", ha dicho María Eugenia.

Ahora va a documentar todo lo que ha visto y van a llevarlo por lo penal.

¿A qué delitos se enfrentan?

Los okupas se enfrentan a una triple vertiente delictiva, según ha contado Carlos Quílez: impago, ocupación y destrozo.

María Eugenia incluso les perdonó los meses e incluso se ofreció a pagarles tres mil euros para que se fueran. "Es algo para lo que el aparato de la justicia no está preparado", ha afirmado Quílez.

No hay una respuesta rápida ni ecuánime para una situación de desamparo como esta.