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José Luis Martín Frías fotografió a Nino Bravo 72 horas antes de morir en un accidente: "Me quedé hecho polvo"
51 años después de su muerte, hemos recordado al artista valenciano con una persona que lo conoció cuando ya era un músico internacional y que nos ha hecho un retrato de cómo era trabajar con una estrella de tal envergadura.
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Nino Bravo era un hombre feliz en el momento de su muerte. Tras volver de su segunda gira americana en 1972, disfrutaba del éxito cosechado con su cuarto disco, que incluye su tema más carismático.
En España, el artista preparaba una gira por varios países de Europa y soñaba con viajar a Japón mientras trabajaba en su quinto álbum. Sin embargo, todos estos sueños se rompieron el día del fatídico accidente que acabó con su vida y sobre el que hablamos con Pepe Juesas, que iba con él en el coche.
Nino solo estaba preocupado por la gira que le llevaría a América durante más de nueve meses en 1974, lo que supondría una larga separación de su familia. Aún así, esperaba con ganas el momento de volver a Latinoamérica. Sin embargo, nunca más pudo volver.
En Y ahora Sonsoles hemos hablado con José Luis Martín Frías, su fotógrafo y la persona con la que pasó un día entero 72 horas antes de su muerte para un reportaje que, desgraciadamente, fue póstumo.
Ese día, Frías inmortalizó a un Nino Bravo en la cima de su carrera y con toda la vida por delante. Un hombre sencillo y campechano que, durante la sesión, charló animadamente con un pastor antes de comerse una paella con su amigo.
Él descubrió la noticia de su muerte por la radio y en ese momento estaba haciendo el primer número de su revista en el que hubo alrededor de 10 páginas sobre Nino Bravo. "Era una persona indispensable para mí en ese momento porque estaba harto de divos, y él no tenía nada de divo", ha confesado.
El artista, ha explicado, nunca le puso una pega y aunque otros digan que era complicado de trabajar, no era cierto. Además, para un fotógrafo él era ideal.
Eva Ferri, la hija de Nino Bravo
Eva Ferri estaba en la barriga de su madre cuando su padre, Nino Bravo, falleció. Ella y su hermana han crecido conociendo la historia del artista con mucho cariño y con los recuerdos que le ha trasladado su madre.
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"Estaban muy enamorados y todos los recuerdos que tiene con él son maravillosos", ha dicho Eva. Para ella, sin embargo, es complicado imaginarse cómo sería su padre hoy, pero cree que seguiría cantando y disfrutando de su familia, además de muy guapo.
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