Una joven pasa un mes secuestrada por su pareja y atada a la cama: "Estaba totalmente desfigurada y olía fatal"

Una mujer de Salamanca ha vivido durante un mes atada a la cama de una vivienda. Los vecinos alertaron a la policía al oír gritos en uno de los pisos y, al acudir al domicilio, les abrió la puerta una mujer mayor que decía estar sola.

Sin embargo, se percataron de una pequeña y estrecha escalera que llevaba a una buhardilla. Los policías, con dificultad, accedieron a ella y al entrar se encontraron un habitáculo pequeño y sin luz, además de un cubo con un fuerte olor a excrementos y orina.

Dentro de la habitación había un hombre sujetando por las manos a una mujer, dejándola completamente inmovilizada. Era su pareja, un hombre de 29 años que la tuvo secuestrada en el zulo durante un mes.

En el momento en el que la encontraron, la mujer estaba aturdida y con signos de violencia. Durante todo ese tiempo había permanecido retenida sin ningún tipo de higiene y haciendo sus necesidades encima o en el cubo.

El hombre, además, tenía una cómplice: su madre. Ambos han sido detenidos y puestos a disposición en el juzgado en funciones de Salamanca, que ha decretado el ingreso en prisión de ambos.

Hemos podido hablar con Malka, la vecina que escuchó los gritos y lo denunció a la policía. Nos ha contado que estaba viendo la televisión cuando llegó el hermano de la víctima gritando e insultando a un hombre y acusándole de que la estaba reteniendo.

Ella habló con él, le dijo que se tranquilizase y decidió llamar a los agentes. La madre del presunto secuestrador lo negó todo y entonces acudieron los bomberos, que la pudieron sacar. "Estaba totalmente desfigurada", ha dicho.

Malka, además, se ha puesto a disposición de la familia porque es abogada penal y sin coste ninguno.

También hemos hablado con Melody, la prima de la víctima, que ha contado que en ningún momento imaginaron lo que estaba ocurriendo. "Ya está destrozada, lo que han hecho con ella no se debe hacer", ha dicho, además de considerar que tiene la misma culpa el hijo y la madre, que lo ha encubierto.