Kandy, la 'abuelita mochilera', sigue recorriendo el mundo a sus 88 años: "Prefiero cansarme antes que oxidarme"

Kandy García tiene 88 años, pero esto no le ha impedido coger la mochila y cumplir el sueño de su vida: dar la vuelta al mundo en solitario.

Todo empezó cuando cumplió 65 años y decidió jubilarse, cambiar la toga por la mochila y viajar durante 9 meses alrededor del mundo.

Ha recorrido más de 67 países y nos ha visitado en 'Y ahora Sonsoles' para contarnos cómo ha sido su experiencia.

La primera vuelta tardó siete meses en volver a casa, pero se dio cuenta de que no pintaba nada ahí, así que volvió a viajar hasta que tuvo 80 años.

"No necesité nada durante un año"

En ese momento, su hijo le dijo que era peligroso y que era mejor que fuese acompañada, por lo que ahora se dedica a acompañar a otras viajeras en sus viajes organizados a países como Tailandia, India o Perú.

Kandy acaba de llegar de Sri Lanka y ahora se va a Colombia. "Cada mes viajo a un país", ha asegurado.

Kandy nació en Valladolid, aunque a los 22 años emigró a San Sebastián con sus padres, que abrieron un camping que regentaba durante 6 meses al año y el resto del tiempo lo dedicaba a viajar. Por tanto, su afición le viene de familia.

Después de toda una vida trabajando como abogada, y bajo el pseudónimo de 'Abuelita mochilera' se fue a conocer mundo sin intenet ni móvil.

Conoció gente, muchas culturas, hábitos y descubrió, no solo que el miedo no existe, sino también que la edad es solo un número.

El mensaje de Kandy a los mayores

Kandy ha mandado un mensaje a las personas mayores que no quieren hacer cosas por su edad, y ella tiene claro que es importante saber que si una persona para no se cansa, pero se oxida.

Por tanto, ella prefiere seguir adelante y, cuando se ve sin ganas, se va a la India una semana y recarga pilas.

¿Qué lleva Kandy en la mochila?

Kandy ha dado un consejo a los mochileros, y les ha dicho que deben llevar una mochila que no pese más del 10% de su peso.

Para dar la vuelta al mundo, ha explicado que lo único importante es una libreta y un bolígrafo, porque cada día ve tantas cosas que impactan y piensa que se le van a olvidar.

Además de esto, llevaba un trozo de jabón que le servía para lavar el pelo, la cara y la ropa. "No necesité durante un año nada", ha asegurado.