La lucha entre Carmen Martínez-Bordiú y el duque de Cádiz por la custodia tras el trágico fallecimiento de su hijo mayor

Carmen Martínez-Bordiú fue tachada como egoísta, mala madre, inmadura, frívola y caprichosa cuando se marchó a París a vivir con su pareja Jean-Marie Rossi. Además, tras el trágico fallecimiento de su hijo Francisco, todos los movimientos de Carmen se miraron con lupa.

Tanto, que incluso el comportamiento en el entierro del niño levantó suspicacias. En un primer momento, Carmen se mantuvo al lado de su exmarido, Alfonso de Borbón, y las revistas afirmaron que, tras 5 años sin hablarse, la tragedia les volvió a unir.

Todo saltó por los aires cuando, mientras Alfonso permanecía grave en el hospital, Carmen presentó en el juzgado de familia un escrito de petición de patria y custodia de Luis Alfonso, el hijo pequeño de la expareja.

Los medios recogieron otras noticias que también cuestionaron a Carmen: dos meses después se filtró que no había pagado la factura del hospital que habían acordado pagar las dos partes.

Provisionalmente se otorgó la custodia a la madre que, a partir de ese momento, se convirtió definitivamente en la villana de la historia, una historia en la que se compara la delicada situación que vivía el Duque con la vida frívola que, supuestamente, siguió manteniendo la nieta de Franco.

Pero las siguientes decisiones que tomó Carmen volvieron a levantar las críticas más feroces entre la prensa y la opinión pública. El mismo año que murieron sus respectivos hijos la pareja decide darse el 'sí quiero' y anunciar al mundo que esperan un bebé.

En febrero se celebraron dos funerales por el aniversario de la muerte de Fran: uno organizado por la familia Franco y otro por el duque de Cádiz, su madre y su hijo Luis Alfonso.

Carmen, embarazada de 7 meses, no asistió a ninguno de los dos.