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Moncho Borrajo baja el telón tras 50 años haciendo reír: "La vida la tengo que vivir mandando yo en mi tiempo"

El cómico ha visitado el plató de Y ahora Sonsoles, que se sube a los escenarios por última vez con 'Se acabó', la obra que pone punto y final a su carrera artística. Una brillante carrera que comenzó de forma inesperada.

Moncho Borrajo baja el telón tras 50 años haciendo reír: "La vida la tengo que vivir mandando yo en mi tiempo"

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Tras más de 50 años llenando teatros este 2024 se baja el telón. A sus 74 años, Moncho Borrajo se sube a los escenarios por última vez con 'Se acabó', la obra que pone punto y final a su carrera artística. Una brillante carrera que comenzó de forma inesperada.

Este orensano nació para ser artista en el más amplio sentido de la palabra. No solo es cómico, sino que también es un polifacético actor a la altura de la gran Concha Velasco. Pero sin duda, su mayor habilidad es la de meterse al público en el bolsillo.

Moncho Borrajo explotó su faceta como humorista durante la década de los 80 y solo él fue capaz de hacer bailar al mismísimo Jesús Hermida. Provocador y controvertido, su humor gamberro y su lengua afilada son su seña de identidad.

Más allá de la crítica social, el artista gallego siempre ha tenido claro cuál es el auténtico motor de su vida. "Cuando uno está encima del escenario y ve reírse al público de esa manera, entonces uno entiende que está aquí para algo", ha dicho él mismo.

El cómico ha contado que cree que hay que irse con dignidad y antes de que el tiempo mande sobre él. Ha confesado que se ha dado cuenta de que no ha vivido: no ha ido a la feria de Sevilla o no ha disfrutado los sanfermines estando en Pamplona, por ejemplo.

Además, ha destacado la soledad que se vive cuando se es artista, porque él llegaba a los hoteles con un bocadillo y una bebida y nada más. Moncho también tiene amigos que le han ayudado mucho durante sus peores momentos, y ahora, ha dicho, quiere verlos y pasar tiempo con ellos.

Moncho ha asegurado que ha llorado mucho por la soledad y también por la lucha constante para que se respetara su homosexualidad.

El cómico considera, por otra parte, que en España no se valora el hacer reír a los demás y que cualquiera piensa que puede hacerlo. "Qué llenen ellos teatros y hagan lo que yo", ha dicho. Se trata de algo muy complicado pero que, además, es una terapia para él mismo.

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