Mónica Pont triunfa al otro lado del océano, siempre con Lina Morgan en el recuerdo: "Ella me enseñó a llorar"

Mónica Pont lleva 5 años de exilio en México desde que decidió abandonar España para hacerse un hueco en el mercado latinoamericano. El motivo fue la cruda situación de la industria en nuestro país y la falta de reconocimiento, que le impedía vivir de su profesión.

Con su marcha perdimos a una de las icónicas actrices del Hostal Royal Manzanares, serie que la lanzó a la fama y en la que compartió grandes secretos con su compañera Lina Morgan.

Pero esta es solo una de las líneas del extenso currículum de la actriz, que dio sus primeros pasos como modelo y más tarde se convirtió en una de las actrices más emblemáticas de la década de los 90. En 1991, Mónica formó parte de la serie Canguros.

Su carrera se frenó en seco cuando se casó con Javier Segrera, ya que lo dejó todo para vivir una tormentosa historia de amor. Pero ahora Mónica está viviendo su renacer artístico a miles de kilómetros de su familia.

En Y ahora Sonsoles hemos recibido su visita, y nos ha contado que se fue para estar un año en México y ya lleva 6, y es que la gente y el país engancha, ha dejado claro. "Estoy muy contenta", ha dicho.

Aunque tuvo que irse de España, ella ha asegurado que siempre deja la puerta abierta a trabajar en nuestro país, aunque al otro lado del océano ha tenido más oportunidades.

La actriz trabajó con Lina Morgan, de quien ha dicho que tenía un gran talento, además de que le maravillaban sus ojos. "Ella me enseñó a llorar", ha contado.

Por tanto, en todas las escenas en la que tiene que llorar piensa en ella.