Una organización meticulosa

Un párroco y una cuidadora, investigados por la muerte de un hombre de 91 años: ella es heredera universal

José Félix murió de una forma aparentemente natural, una insuficiencia cardíaca a sus 91 años. Pero la realidad es distinta. Se está investigando a un párroco de Cullera y a su cuidadora por este fallecimiento.

Un párroco y una cuidadora, investigados por la muerte de un hombre de 91 años: ella es heredera universal

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José Félix murió de una forma aparentemente natural, una insuficiencia cardíaca a sus 91 años. Pero la realidad es distinta. Se está investigando a un párroco de Cullera y a su cuidadora por este fallecimiento.

Ambos habrían organizado meticulosamente esta trama. El sacerdote recomendó a esta mujer para que cuidase a José y, un mes y medio después, ella consiguió que cambiase su testamento y la nombrase heredera universal.

Le cedió su vivienda y el acceso a todas sus cuentas y a todo lo que tenía, excepto los muebles que sospechosamente los entregó a la Iglesia de este párroco.

El siguiente paso fue, según la investigación, aumentar progresivamente la dosis de sus medicamentos hasta provocar su muerte. En dos meses, José ingirió 100 comprimidos de Orfidal, 50 de Lorazepam, 150 de Valium, 1.200 gotas de un antipsicótico y otros antidepresivos y somníferos.

Una vez José falleció, incineraron su cuerpo sin hacerle autopsia ni avisar a la familia. Su sobrino lo denunció y ahora el párroco y la cuidadora están siendo investigados. Considera que se aprovecharon de la vulnerabilidad del anciano hasta quitarle su patrimonio.

En Y ahora Sonsoles hemos hablado con Juan José, sobrino del fallecido, que ha contado que, en caso de que lo mataran por dinero, estaríamos hablando de unos 33.000 euros en la cuenta corriente, además del piso valorado en 80.000.

"No sospeché en absoluto", ha dicho, y es que su tío era una persona religiosa y vivía cerca de la iglesia. Cuando llegó el momento en el que no podía vivir solo, pensó en el sacerdote para que le aconsejara quién podía cuidarle.

Ella era valenciana y hablaba en valenciano, algo que le interesaba mucho a José Félix, y al principio todo fue bien. Sin embargo, cuando murió y la familia descubrió lo que estaba pasando, supieron que a los 17 días ya estaba el piso y la cuenta al nombre de la cuidadora y el sacerdote.

"Mientras hacía que todo iba bien, por detrás estaban actuando diferente", ha dicho.

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