La situación se volvió insostenible

En rehabilitación por su adicción a las redes sociales: "Yo no tenía vida, al final dejas de ser persona"

Las redes sociales afectan inevitablemente a la salud mental de muchos jóvenes que viven en ellas una vida paralela. En ocasiones, su uso sobrepasa los límites y acaba convirtiéndose en una adicción que, muchas veces, necesita ser tratada por profesionales.

En rehabilitación por su adicción a las redes sociales: "Yo no tenía vida, al final dejas de ser persona"

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Las redes sociales han traído muchos beneficios, pero también han provocado adicción en muchos de sus usuarios, que en su gran mayoría son personas jóvenes que todavía están formando su personalidad.

El estar completamente enganchado a la pantalla ha provocado, entre otros muchos efectos, al rendimiento en clase, como ya vimos en ‘Y ahora Sonsoles’ junto a un profesor de instituto.

Imagen de archivo de dos jóvenes mirando sus móviles

Otra consecuencia es cómo perjudican las redes a nuestra salud mental. Un efecto que, en muchos casos, se convierte en una enfermedad mental que es necesario tratar.

Este es el ejemplo de Luis, un joven en la fase dos de su tratamiento al que solo se le permite llamar a su familia. Tiene un móvil antiguo, por lo que no tiene acceso a las redes sociales.

Sus problemas con la adicción a las redes comenzaron cuando tenía 17 años, pero no fue hasta los 23 que comenzó a tratarlo. Las redes afectaron mucho a su vida. "Al final dejas de ser persona", ha asegurado.

Todo el tiempo estaba pendiente al móvil y lo perdió todo: su vida deportiva, sus amigos... Solo dormía 4 horas y el resto del tiempo lo pasaba con el móvil. "Buscaba cómo ser mejor subiendo fotos, aparentando una vida que no es la nuestra", ha afirmado.

Él tenía 35 mil seguidores y quería llegar a ser alguien con nombre dentro de las redes.

Su familia era consciente de que su hijo tenía un problema, pero, aunque intentaron ayudarle desde casa, para ellos se estaba convirtiendo en un infierno.

Intentaban quitarle el teléfono o el internet, pero se ponía agresivo y destrozaba la casa, no quería salir de su habitación… "Mi madre intentó quitarme el móvil y partí una puerta", ha confesado, y es que en ese momento no era consciente de lo que estaba haciendo.

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