Ha sobrevivido gracias a piel artificial creada a partir de su ADN: "Yo daba por hecho que iba a morir"

A Álvaro Puig, un joven madrileño de 29 años, la vida le ha dado una segunda oportunidad. En 2018 estuvo a punto de morir tras un grave incendio en su casa. Pasó 10 días en coma y 4 meses ingresado.

Cuando llegó al hospital, tenía el 63% de su cuerpo quemado y a su familia le dijeron que solo uno de cada diez pacientes con su cuadro clínico sobrevivía. Y uno de ellos fue Álvaro.

Los médicos emplearon en él un tratamiento pionero: le injertaron piel artificial con su ADN creada en un laboratorio. Su madre no se separó de él durante la recuperación y poco a poco, con mucho trabajo, Álvaro recuperó su cuerpo de atleta.

Ahora es un ejemplo a seguir y ha cruzado a nado el estrecho, además de subir el Mont Blanc. No hay nada que se le resista.

Álvaro ha visitado el plató de Y ahora Sonsoles, donde ha contado cómo se sintió cuando sufrió el accidente, en el que prendió la chimenea y después, al intentar apagar el fuego, se cayó encima. Eso sí, no le dolió hasta que llegó la ambulancia. "Un dolor horrible y al principio la cabeza te gana la batalla", ha dicho.

De repente, le dijeron que había un tratamiento experimental y, aunque tenía miedo, él daba por hecho que iba a morir, y por eso la doctora ni se lo propuso, sino que directamente fueron hacia delante.

A Álvaro le cogieron un trozo de piel y lo llevaron al laboratorio. Ahí "alimentan las células" y se expanden, y de ahí sale la piel artificial. Eso sí, ha explicado, las operaciones duelen mucho. "Te ponen más de 200 grapas en la espalda", ha dicho.