Los tres asesinatos en tres huertos distintos y a tres personas mayores que podrían tener un mismo culpable

El recorrido del posible asesinato del ya conocido como 'asesino del huerto' comienza en Tudela (Navarra), donde se han encontrado tres muertos en tres huertos en apenas tres meses.

Todo comenzó el 22 de noviembre, cuando apareció el cuerpo sin vida de Pedro Oyón, un vecino de 68 años. Un mes después, el 21 de diciembre, José Luis Aguado, de 80, fue hallado muerto en Vilanova de la Barca (Lleida) y su coche desapareció.

Allí mismo, el 15 de enero, murió Ramón Rosell, de 85 años, golpeado brutalmente en la cabeza. Su coche tampoco ha sido encontrado.

"Los vecinos tienen miedo"

Para la policía está claro que todas las víctimas son mayores de 60 años y que a todas las mataron a plena luz del día en un huerto.

En 'Y ahora Sonsoles' hemos hablado con David, sobrino de José Luis, la segunda víctima. A él le quitaron el coche, en el que supuestamente huyó el asesino y con el que presuntamente cometió el tercer crimen. Además, ha confirmado que no hay ninguna relación entre su tío y la primera víctima.

También hemos estado en directo con Ricard Roda, amigo de Ramón. Ha asegurado que es un caso muy difícil de comprender porque podría haberle ocurrido a cualquier vecino y la gente está con un poco de miedo a pesar de que saben que el presunto asesino ha huido a Francia.

"Hay una inquietud porque somos muchas personas mayores que salimos a los huertos cada día", ha dejado claro. La mujer de esta tercera víctima ha vuelto al pueblo, que dejó cuando asesinaron presuntamente a su marido.

Ricard ha explicado que era un hombre muy afable y que eran una familia muy trabajadora, pero que había un móvil que era llevarse el coche y una persona mayor no se defiende como un joven.

Las víctimas del asesino del huerto

La primera víctima, Pedro Oyón, murió en Tudela. Era celador jubilado, y estaba casado y tenía dos hijas. El 22 de noviembre salió a pasear, y paró en un huerto que no era suyo, pero tenía permiso para coger aceitunas.

La policía lo encontró con dos fuertes golpes en la cabeza y el asesino no se había llevado nada.

La segunda víctima, José Luis Aguado, estaba casado y tenía dos hijos. Él recogía cardos y berzas, y, aunque varios vecinos lo vieron yendo al huerto, no lo vieron regresar.

Fue su hijo quien lo halló sin vida junto a su cartera y su móvil. El asesino se había llevado el coche.

Por último, a Ramón Rosell, la tercera víctima, lo encontró su mujer entre frutales sobre las dos de la tarde. El asesino se llevó el coche, pero nadie vio ni oyó nada.