Vemos a sus padres
El último adiós a Álvaro Prieto en Córdoba, entre lágrimas y silencio: "Damos gracias por su vida, ha sido un regalo"
El joven ha fallecido después de haberse electrocutado con la catenaria de un tren al que se subió. Había estado esa noche de fiesta con amigos y perdió el convoy que le llevaba de vuelta a casa. Ahora sus amigos, familiares y conocidos lloran su muerte.
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Amigos y compañeros de equipo de Álvaro Prieto han sido los encargados de llevar el ataúd de este joven de 18 años hasta el altar de la capilla de La Trinidad después de que haya fallecido tras electrocutarse con la catenaria de un tren en Sevilla.
El único sonido en ese momento eran las campanas de la iglesia y rotos de dolor y escoltados por dos coches cargados de coronas de flores y, entre lágrimas, amigos, familiares y conocidos le han dado el último adiós.
Este funeral ha tenido lugar después de otros homenajes que tanto su equipo de fútbol, como la universidad en la que acababa de empezar a estudiar, le han hecho en estos días.
"Damos gracias por la vida de Álvaro y por todo lo que hemos compartido junto a él. Ha sido un regalo", estaba escrito en el misal al que 'Y ahora Sonsoles' ha tenido acceso, cargado de muestras de cariño hacia Álvaro.
Después ha llegado el momento de la ofrenda, en el que le han puesto un escudo de esclavas y los jugadores del Córdoba C.F el balón.
A la salida ha tenido lugar un sentido aplauso que rompía el doloroso silencio de los asistentes, que entre llantos despedían a su amigo y se abrazaban tratando de mitigar el dolor.
Por primera vez, además, hemos visto a sus padres, que ya en un comunicado agradecieron el cariño, pero pidieron llorar a su hijo en silencio.
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Rápidamente se han metido en el coche y su madre, con la mano en el corazón, se han marchado junto a la familia más cercana a despedir en la intimidad a Álvaro, que ya descansa en el cementerio.
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