"Cómo ligar en el norte", por @Unelar

La infidelidad, eso a lo que los vascos estamos menos acostumbrados que a la luz del sol, es precisamente de lo que os hablaré hoy. Y es que aquí es más difícil ligar que ver a alguien celebrar un gol de la selección española en una herriko taberna; y mucho menos dos veces.

Para conseguir ligar una noche cualquiera en el casco viejo de Bilbao, hay que superar varias etapas, cada una más difícil que la anterior. Ríete tú de Indiana Jones.

La primera y más básica es la lluvia. Una calle repleta de gente se puede convertir en el escenario de un western en cualquier momento con un buen chaparrón. Así que ya para empezar, tenemos que jugar al juego de azar en el que nos pone este maravilloso clima.

La segunda, es la kuadrilla. Una vez te has interesado por alguien, tienes que superar la inexpugnable barrera que crean sus amigos. Porque aquí, la kuadrilla está por encima de todo; algo así como una familia gitana. Para conseguir acercarte a esa persona tienes que hacerte amigo de todos, tener su bendición, invitar a una ronda, enseñar tu declaración de la renta, un poco de kryptonita y hablar bien del Athletic.

Y la tercera y más complicada, es superar la maldición que sufrimos todos los vascos, la timidez. Nos sacan del “epa” y del “hostia” y hablamos menos que Rajoy cuando le preguntan por la tabla de seis (eso sí, con cuatro patxaranes encima te invocamos a Cthulhu).

Y si te ha dado tiempo a hacer todo esto en una noche, y has conseguido llegar hasta el cráneo de cristal, es señal de que has sido bendecido con el toque de Sabino Arana.
Eso sí, olvídate de follar. Para eso baja a Andalucía, como Koldo, y que le den a todo lo demás.