Momentos capítulo 2.824

Marisa se derrumba ante Pelayo en la reboda de Manolita y Marcelino: “A mí también me gustaría estar cerca de los míos”

Pelayo se ha dado cuenta de que Marisa está triste y la mujer le ha confesado que se le hace muy difícil vivir sin ver crecer a sus nietos, al igual que ha hecho él.

Marisa

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Pelayo rebosa de felicidad. Poder compartir la visita de sus nietos con la mujer a la que ama es todo un sueño. Sin embargo, para Marisa está siendo bastante difícil. Abrumada por la situación, la mujer se ha escondido en la cocina de El Asturiano y el padre de Marcelino, que se ha dado cuenta de todo, ha ido en su busca.

“Tienes una familia maravillosa”, le ha dicho Marisa a Pelayo todavía emocionada por la boda. Tras la insistencia de Pelayo por saber el motivo de su tristeza, Marisa le ha confesado que le acongoja enormemente no ver la cara de su nieto cuando mañana abra su regalo.

Tras la confesión de Marisa, Pelayo no ha podido evitar inundarse de una gran culpabilidad por haberle pedido que dejara su ciudad: “Tendría que haberme dado cuenta de que tú también necesitas el cariño de tu familia”.

Marisa necesita a los suyos. Al ver la adoración mutua entre Pelayo y sus nietos, se ha dado cuenta de que esa es la vida que sueña para ella, pero la idea de alejarse del hombre al que ama se le hace insoportable: “No quiero renunciar a ti”

El corazón de Marisa está dividido en dos. Por un lado, está su familia en Salamanca; por otro, está su pareja en Madrid. La mujer está destrozada y Pelayo, al verla, siente el mismo dolor.

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