La cabecera de la quinta temporada de 'Aquí no hay quién viva'

La quita y última temporada de 'La que se avecina' fue la de las despedidas, incluso desde el primer capítulo. De hecho, comienza con la marcha de Lucía a África, como misionera. También Carlos y Roberto han abandonado Desengaño 21. Mientras, Yago se empareja con Natalia, embarazada, y se va a vivir a casa de los Cuesta, que se embarca en una larga obra. De hecho, Marisa, Vicenta y Concha acogen a Juan e Isabel en su casa. La casualidad quiere que, cuando Natalia da a luz, la familia se entere de que Paloma ha muerto tras tanto tiempo en coma.

También hubo espacio para una nueva llegada. Higinio y Mamen se instalan en el 2º B con sus hijos, Moncho y Candela, y la hermana transexual de Mamen, Raquel. Higinio, el típico chapuzas, es quien se encarga de la reforma en el piso de los Cuesta.

Unos romances acaban en amor y otros, en ruptura definitiva. Mauri y Fernando se casan, mientras que Emilio y Belén acaban en desastre después de que su relación se convirtiera en trío por la atracción de ella por Paco.

Al final, el descubrimiento de termitas provoca que todos los vecinos tengan que desalojar del edificio, que tiene que ser demolido. Todo... excepto la fachada, que sobrevivirá en el complejo empresarial que Rafael, padre de Lucía, va a construir en ese solar. Es el fin definitivo de la comunidad de la calle Desengaño 21, con todos sus vecinos iniciando una nueva vida.

Gaspar se despide de Dolores y le regala una pulsera: “Mi felicidad está en que tuvieras a bien responderme a la carta”