Salva deja tirados a Álex y Carol en Berlín

Así es 'Buscando el norte'

Alex se las prometía muy felices. Tras estudiar enfermería, había encontrado un buen trabajo y había decidido comprarse un piso con su novia, Manuela. Pero el mismo día que les entregaban las llaves, Alex se entera de que el hospital en el que trabajaba era privatizado y que se iría a la calle.

Carol, por su parte, pensaba que el tiempo y el dinero que sus padres habían invertido en su formación para convertirse en una flamante diseñadora gráfica, tarde o temprano serviría de algo. Aquí o en la China popular. Por eso no dudó ni un momento cuando decidió acompañar a su hermano Alex en su aventura alemana.

Pero la realidad que se encuentran es muy distinta a la que habían visto en “Españoles alrededor del mundo”, y aunque tengan idiomas, carreras universitarias y vengan del primer mundo, en Alemania no dejan de ser emigrantes.

Alex y Carol enseguida confraternizarán con un grupo de compatriotas con sus mismos problemas de integración y que coinciden todos en el “Pan y Vino”, un bar español regentado por su tío Marcelino, un emigrante de los sesenta.

Ulrike, la hija de Marcelino y de Anke, su mujer, es una alemana de las que piensa como Ángela Merkel. Pese a chocar con su primo Alex, hará que éste, se acabe replanteando su planificada vida y su relación a distancia con Manuela.

En el bar se reúnen también Adela, una joven que lleva años en Berlín y que además de trabajar de recepcionista en un hotel, da clases de alemán para españoles.

Lucas, un hombre que ha dejado su carrera en España por seguir a su mujer Flor, una ingeniera a la que le han ofrecido el trabajo de su vida en Alemania, y al que le resulta muy complicado ejercer de amo de casa y criar a una hija cuando no entiende ni palabra de lo que le dice el pediatra. Jaime y a Chus, un matrimonio acuciado por las deudas, que se ha visto obligado a dejar a sus hijos en España para buscarse la vida fuera de su país.