El espanto de Clara antes de que su padre sea ejecutado en la horca

Clara llega justo a punto de que se produzca la peor de sus pesadillas: la ejecución de su padre en la horca. A pocos segundos de morir, Diego de Castamar acude corriendo con un indulto del Rey. Lo ha conseguido.

Aliviada, la cocinera agradece lo que el duque ha hecho por ella y su padre. Por fin se ha hecho justicia y los dos enamorados se despiden, Clara por fin será feliz con su padre y sus ojos no verán la boda de Amelia y su amado.