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Paulino sabe que su mujer le ha dejado por otro. Sandra está preocupada por él y le pide Ángel que esté pendiente de su padre. Ángel y Jorge acompañan a Paulino a comprar una radio nueva. Paulino, al ver unas prostitutas, se baja del coche para sacarse unas fotos con ellas y enviárselas a su ex. Los tres tienen que huir.
Paulino vuelve a contactar a la prostituta para echar una canilla al aire, a espaldas de Sandra, e implicando a Ángel y a Eli. Sin embargo, Paulino está tan nervioso por acostarse con otra mujer después de 41 años de matrimonio, que empieza a servirse copas sin parar y le pide a Eli que le deje fumar de su hierba.
Dulce está cegata, necesita gafas, pero no quiere decírselo a nadie por vergüenza. Roberto y Javi lo acaban descubriendo. Tino, Alicia y Dulce van a una óptica, el problema es que las gafas bonitas y las lentillas son muy caras, por lo que, sólo les da para pagarle una gafas horrorosas.
Dulce está traumatizada, se ve feísima y todos los del camping se ríen de ella. Preocupados, Tino y Alicia deciden ir a un banco para pedir un crédito, pero las condiciones del crédito son prohibitivas y lo rechazan.
Charo ha invitado a Fermín, su ex, al camping por el cumpleaños de su hijo, a pesar de que él le dejó por una chica mucho más joven (es una de la sus alumnas de la universidad). Roberto no soporta a su padre y no perdona lo que le hizo a su madre, pero Charo va de “pogre” y aparenta que todo va bien entre ellos. Sin embargo, cuando Fermín le pregunta si tiene novio, ella responde que sí sin pensarlo. Lola le ayuda a no quedar mal con su ex y le convence a Jorge para que simule que es el novio de Charo.
Jose Luis descubre que es alérgico a Coco. Como la perrita es muy pequeña y no puede dormir en la calle, Jose Luis es el que acaba en el felpudo. Pero la situación es insostenible y los marqueses deciden comprarle una casita- chalé a Coco. El problema es que es muy cara, así que deciden robar el cobre del tendido eléctrico del camping para venderlo y conseguir el dinero.
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Santiago se acerca cada vez más a Fina y le pide una cita: “¿Vienes a mi casa a cenar esta noche?”
El empleado está empezando a tener un cierto interés en su compañera de trabajo dejando a Fina un poco descolocada.