Nico, el primo de Mateo, llega a San Martín para acudir a la boda, pero un día después, por error. El encantador pariente del doctor, que parece un negativo de su primo, es además un famoso y exitoso cocinero. Pero Adriana, que no está en su mejor momento para con los hombres, no le ve tan encantador.
Alfredo y Santiago inician una cruzada contra el uso de tacones altos en el pueblo. Ellos creen proteger así a las mujeres contra las torceduras de tobillo. Pero ellas, que están de uñas con todo el género masculino por lo que el doctor le ha hecho a la alcaldesa, la ven como una ley machista y retrógrada. La guerra de sexos está servida.
El doctor Mateo parece haber desaparecido de la faz de la tierra, nadie sabe dónde puede estar. Alfredo cree que Pedro puede conocer el paradero de Mateo. El chaval es la persona en la que más confiaba el doctor, y quizás pueda conducirle hasta él.
Santiago vuelve a San Martín, para sustituir a Mateo hasta que aparezca. Al llegar al pueblo, Santiago asiste a Marina tras una caída de ésta de su bicicleta. El doctor adjunto queda prendado de los pies de la chica de la conservera.