Ramiro ve atónito como Palomares, después de rezar sus oraciones, coge impulso y se lanza al mar. Rápidamente, comienzan con las maniobras necesarias para acudir en su rescate pero el joven sacerdote no sale a flote, la corriente del barco se lo ha tragado. Gamboa y Ramiro por fin divisan algo: el cuerpo inerte de Palomares, flotando a la deriva. ¿Ha querido suicidarse Palomares? ¿Ha perdido definitivamente la fe? ¿Conseguirá sobrevivir?
Todos los aparatos electrónicos del barco se han puesto a funcionar de repente, en plena noche y sin motivo aparente. Es como si hubiesen chocado contra una torre de alta tensión y bastantes mandos electrónicos se han estropeado con los cambios de voltaje, dejándoles en una situación bastante precaria: no hay luz, radio, radar, no tienen el control del timón. Lo peor de todo es que son conscientes de que esto es algo más que una mera subida de tensión.
Burbuja y Piti ven a un pato paseando por el barco. Mientras que Piti visualiza un delicioso manjar al horno, Burbuja ve más allá: es raro que un pato haya llegado hasta ellos, sólo, sin su bandada. Tras estudiar algunos libros de aves, Burbuja averigua que se trata de un ánade real de vuelo corto, una especie que no hace migraciones ni vive en agua salada. ¿De dónde procede el pato?
Valeria cita a Ulises en secreto mediante una nota que ella misma ha escrito. A causa del apagón, han cerrado todos los baños del barco menos uno, lejos de su camarote. A ella le da miedo ir hasta allí de noche pero no quiere decírselo a Ainhoa y su padre para que no piensen que es una cobarde. Ulises se convertirá en su aliado secreto, aunque esto pueda provocará al polizón más de un malentendido.