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AVANCE | CAPÍTULO 2200
Avance ‘El secreto de Puente Viejo’: Alicia hace frente a su relación con Matías
Matías visita a Alicia en casa de sus padres y, después de
aclarar unos temas de importancia para ambos, la joven quiere hablar de un tema
más personal con él. ¿Accederá Matías a hablar con ella?
En el próximo capítulo…
Marta se muestra implacable, no cede a las presiones de
Adolfo y asume que el beso que se dieron no le afecta. Consigue que se marche
furioso y engañado. Rosa escucha la disputa, asumiendo que es su hermana Marta
la que se interpone entre ellos. Carolina intenta que Manuela vigile a Rosa,
cree que está peor desde que sabe que otra mujer se interpone y Marta, al
escucharla, necesita saber si baraja algún nombre, pero su hermana lo ignora.
Don Ignacio despacha con Urrutia flecos pendientes de la
fábrica antes de su regreso a Bilbao y se lamenta del desencuentro con sus
hijas, teme que no se resolverá alejándolas de Puente Viejo. Marta intenta
animar a Rosa, pero se sorprende al comprobar que su hermana le exige
sinceridad y descubre, entonces, que lo escuchó todo, cuando Adolfo vino de víspera.
Dolores no aguanta y avisa a Encarnación de los rumores
sobre el romance entre Matías y su hija, y de la bronca que tuvieron, ella y
Marcela, en su presencia. Encarnación se encara con su hija, pero Alicia no se
arruga y se muestra tan descarada que su madre termina por darle una bofetada.
Alicia se marcha con toda la chulería que le da su soberbia.
Matías exige a Alicia
saber lo sucedido con su esposa. La joven no se amilana y acusa a
Marcela de haber sido la instigadora, además, le comenta que su madre también
se ha enterado y de paso, aprovecha para pedir a Matías que le repita el modo
en que tuvo que deshacerse de las armas. Matías lo hace, aunque un tanto
extrañado, de su interés por escucharlo
de nuevo. Alicia se pasea por la zona en la que Matías tiró las armas, revisa
la zona y en su gesto percibimos que algo no le encaja.
Adolfo se sumerge en timbas para tratar de aliviar el dolor
y el recuerdo de Marta. Gana siempre y cuando se lo cuenta a su hermano, éste
se preocupa mucho y le aconseja prudencia, cree que los aldeanos tienen mal
perder y puede tener un disgusto con ellos.
Antoñita informa a la marquesa de los cambios de humor de
Francisca y coinciden en pensar que tanto encierro y la añoranza de su marido
la están enloqueciendo, algo que a la marquesa no parece sonarle mal. Antoñita
regresa con flores encargadas por Francisca, las mismas que le regalaba su
marido y descubre la puerta del pabellón abierta y que Francisca no está.
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