El plan que traza Sira para salvar a Marcus tiene una parada: la casa de su gran amiga Rosalinda Fox. Sira acude a ella desobedeciendo las órdenes de Hillgarth ya que se trata de un asunto de vida o muerte.
Entre ambas trazan un plan para avisar a Marcus del peligro que corre, pero este está más preocupado por la seguridad de Sira que por la suya propia, ya que le atormenta la idea de que se esté relacionando con alguien como Manuel Da Silva.
Por su parte, Da Silva organiza una cena con importantes personalidades nazis. Haciendo alarde de sus dotes para entretener sin problemas a las mujeres de los alemanes mientras los hombres hacen negocios, Sira se asegura una invitación. Es la gran oportunidad que estaba esperando para conseguir la información que necesita. Sin embargo, esta información es más poderosa de lo que la joven había podido prever. El contenido de esa información podría alterar la balanza de la guerra.