La madre del padre Gonzalo no puede contener sus sentimientos hacía la gran dama y a pesar de haberse jurado protegerla, acaban dejando salir sus emociones y se funden en un beso lleno de amor.
La joven empieza a sufrir delirios dentro de la cárcel y los achaca al mal que padecía su madre Lucrecia. ¿Conseguirá Lucía convencer al comisario de que está poseída por la locura?