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Capítulo 1

Fugitivos

Tierra de Navarcles, 1319

Bernat y Francesca se prometen amor eterno el día de su boda

Bernat, reacio a contraer matrimonio con cualquier mujer a pesar de su avanzada edad, accede a la proposición de Pere Esteve tras la muerte de su padre. Ya no le queda nada ni nadie y decide casarse con Francesca, la mujer con la que espera ser feliz y formar una familia. Con alegría, ilusión y muchas esperanzas, Bernat y Francesca se dan el ‘sí, quiero’ rodeados de sus familiares y del mayor de los lujos. 

Masía de Bernat Estanyol

Llorenç de Bellera abusa de Francesca destrozándole la vida

En el año 1.319 los señores feudales ejercían el derecho de pernada sobre las mujeres que vivían en su reino. Llorenç de Bellera, señor de Navarcles, acude el día de la boda de Bernat y Francesca para ejercer su derecho y abusar de la joven en la intimidad. Una vez la ha destrozado por completo, es Bernat quien tiene que consumar el matrimonio con el mayor dolor que jamás ha sentido.

Masía de Bernat Estanyol

El nacimiento de Arnau Estanyol, el instante más feliz de la vida de Bernat

De la forma más silenciosa, Francesca dio a luz al pequeño Arnau sin necesitar la ayuda de Bernat. La pareja, que ha vivido distanciada desde que Llorenç de Bellera abusó de Francesca, no ha compartido ni el que debería ser uno de los momentos más felices de su vida. Convencido de que es hijo suyo por la marca de nacimiento junto al ojo derecho, Bernat decide llamarle a su hijo Arnau, Arnau Estanyol.

Bosque de Navarcles. Camino a Barcelona

Bernat huye con Arnau a Barcelona, la ciudad en la que convertirse en un hombre libre

Después de que Llorenç de Belleza solicitase los servicios de Francesca para amamantar y cuidar de su hijo, Bernat rescató a Arnau y huyó sin cesar de las tierras de Navarcles. Escapando de perros, caballos y hombres armados, Bernat corrió hasta ver el lugar en el que poder ser libre junto a su hijo. Barcelona era el lugar en el que podrían empezar de nuevo y en el que conseguir ser ciudadanos libres sin pertenecer a ningún señor feudal.

Casa de Grau Puig, un año más tarde

Un año y un día, el objetivo de Bernat para alcanzar la ansiada libertad

Con el apoyo de su hermana Guiamona, Bernat consigue trabajar a escondidas en la alfarería de Grau Puig. Mientras su pequeño Arnau es cuidado por Habiba, la niñera de la familia, Bernat trabaja por conseguir un futuro libre para él y su hijo. Habiendo cumplido el año y el día que necesitaba para ser considerado un ciudadano libre en la ciudad de Barcelona, Bernat se plantea el futuro de sus vidas.

Playa de Barcelona. Diciembre de 1329

La idea de Margarida que acabaría con la vida de Guiamón

Era invierno y el día de Navidad cuando Margarida tuvo una idea para divertirse junto a sus hermanos. Ansiaba visitar la playa y hacerse pasar por la capitana del barco en el que Guiamón y Arnau eran marineros. Una voz los asustó y debieron esconderse tras una barca en el mar. El agua estaba tan fría que Guiamón, el pequeño de los tres, estaba a punto de enfermar.

Casa de Grau Puig. Un frío diciembre

Arnau, acusado de la muerte de Guiamón

Margarida se ha querido salvar las espaldas y ha confesado que fue Arnau quien tuvo la idea de marcharse a jugar a la playa. A su llegada, a Guiamón le quedaba un pequeño resquicio de vida que su madre trataría de salvar con agua caliente y grandes dosis de cariño. Arnau, con el miedo en el cuerpo, confiesa ante su padre que no ha sido él.

Barrio de oficios de Barcelona

Los Puig dan el último adiós a su hijo Guiamón

Ni el mejor de los médicos ha conseguido salvar al hijo pequeño de los Puig de la muerte. Guiamón ha muerto después de la trágica idea de su hermana de jugar en la playa en una noche fría de invierno. Grau Puig, con una gran rabia y tristeza en el cuerpo, hará que quien haya sido el responsable de su muerte pague por ello. ¿Se enterará de que realmente fue su hija?

Taller de alfarería de Grau Puig

El azotamiento de Habiba, la primera herida imborrable de Arnau Estanyol

Colgada de una viga y completamente desnuda, Habiba sufre en sus propias carnes los azotes del látigo más preciado de Grau Puig. Con una gran rabia, Grau acaba con la vida de la que había sido la cuidadora de sus hijos. Arnau, obligado a presenciar esa terrible desgracia, revienta en un mar de lágrimas al ser testigo de una muerte que no olvidará jamás.

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