Así comienza Los artistas: una camarera ayuda a un joven a timar a unos extranjeros

Yago está intentando vender una pintura que vale poco a muy alto costo a unos extranjeros mientras cenan en un restaurante mexicano. El joven suena muy convincente, aunque sus clientes todavía tienen dudas.

Como uno de ellos es un impertinente y, para colmo, le toca el culo sin que nadie se de cuenta, Cata, una de las camareras del local, percibe lo que Yago está intentando hacer y decide echarle un cable. “Yo antes trabajaba en una galería de arte y por eso sé que esta pieza es magnífica”, asegura la joven asombrada.

Aunque, en un primer momento, Yago teme que Cata le arruine la compra, enseguida se da cuenta de que está intentando ayudarle. Gracias a lo convincentes que suenan y a lo mucho que elogian el cuadro, el joven consigue vendérselo a un precio mucho mayor del que tenía en mente. ¿Será este el inicio de un negocio poco ético pero muy rentable?

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