Cata y Yago celebran que su primer timo juntos haya sido un éxito, ¿seguirán adelante con el negocio?

Yago se llevó el cuadro de una virgen de casa de su abuela con la intención de venderla por un alto precio a la novia de un futbolista que estaba muy interesada en decorar su casa con imágenes religiosas.

Gracias al poder de convicción de Cata, la chica mordió el anzuelo y les dijo a los dos socios que les compraría el cuadro por el precio que ellos mismos les pusiesen. Todo parecía ir a la perfección, pero faltaba lo más difícil: formalizar la venta con el beneplácito del padre y representante del futbolista.

Cata se ha visto obligada a falsificar un certificado de autenticidad en el lugar en el que antes trabajaba, ya que, sin él, el padre del futbolista no pensaba dejarse una importante suma de dinero en el cuadro de la virgen.

Finalmente, el padre decidide firmar y Cata y Yago mantienen las formas hasta salir a la calle. Allí, celebrar que su primer timo ha sido todo un éxito. De hecho, de la emoción, el anticuario se queda muy cerca de besar a su compañera. ¿Seguirán adelante con su asociación?

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