Es muy simpática, cariñosa y entrañable, a la par que decidida y llana en sus pensamientos. Mantiene una relación difícil con Povedilla (Carlos Santos) , con quien tiene una hija, Sabina.
Siempre ha sido la agente más dulce con los detenidos. Le cuesta mucho tomar decisiones que vayan en contra de alguien y por lo general, tiende a pensar que las cosas pueden salir mal.
Suele ser el paño de lágrimas de más de uno en la comisaría de San Antonio, siempre bajo el esquema de "consejos vendo, pero para mi no tengo". Es, fundamentalmente, una buena persona, capaz de ofrecer una palabra de apoyo y cariño al peor delincuente durante una sesión de interrogatorio.