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Culebra y Sandra amanecen en el colegio. Han pasado allí la noche después de caer exhaustos fruto de la intensa aventura a vida o muerte que vivieron la tarde antes. Se supone que Julia tenia que haber ido a su encuentro por la noche para buscar con ellos la planta, pero nunca apareció. Sandra no puede ocultar su optimismo, sabe que la planta y, por tanto, la cura, están cada vez más cerca. Pero Culebra no termina de confiar en Julia, no se explica por qué no ha aparecido todavía y su juego de verdades y mentiras le sigue rechinando. Pero Julia aparece, tarde, pero aparece.
Rosa y Antonio amanecen con una noticia terrible: alguien les ha denunciado al Defensor del menor para quitarles la custodia de la pequeña Chelito. La sorpresa es aún más desagradable al descubrir que ha sido Tita, la archirival de Rosa, la que ha pedido la investigación. Una Rosa indignada como pocas veces, decide enfrentarse a Tita en una acaloradísima discusión que acaba de una forma un poco, digamos, repentina.
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La despedida más inesperada: Süreyya le pide perdón a Bahar y le da un consejo de mujer a mujer
Tras haber sido destituida, Süreyya ha buscado a Bahar para cerrar el capítulo más duro entre ellas. Lo ha hecho con una disculpa sincera… y un consejo que ninguna de las dos olvidará.

La custodia de Umay se convierte en venganza: Timur quiere castigar a Bahar por puro despecho
Timur va a luchar por la custodia de Umay, no por amor de padre, sino para hacerle daño a Bahar. Su objetivo es vengarse por seguir adelante con su vida… y con Evren.