Con Gerardo, el bedel, internado en el psiquiátrico, su hija Adriana no tendrá más remedio que irse a vivir a un centro de menores. Para evitar el traslado, la joven decide escaparse de comisaria y esconderse en el instituto. Adriana ha escogido el desván, un sitio familiar para Joel que, al encontrarla allí, decide ayudarla a escapar. Joel no ha contado con que hoy habrá luna llena y la noche le sorprenderá en pleno bosque.
El juez Cortázar confiesa a Sara que estaba en el bosque la noche en la que mataron a su marido. Participaba en una cacería furtiva ilegal, por eso no había dicho nada hasta ahora. Eso es lo que escondían en la reserva y parece que también la razón por la que mataron a David. Es posible que uno de los cazadores de aquella noche fuera el asesino del capitán Costa. La declaración de Cortázar será clave para identificar a sus compañeros de cacería.
Después del secuestro de Leire, Sara ha decidido llevarse a su hija lejos de Calenda. No pueden vivir en un sitio que supone un peligro constante para ambas. Joel sufre pero sabe que, en el fondo, es lo mejor para Leire. Él es un monstruo incapaz de controlarse en las noches de luna llena, como la de hoy. Fernando, se siente culpable por disfrutar de su relación con Olivia mientras su hijo sufre y decide que lo más justo es dejar a Olivia.
Los que sí están dispuestos a luchar por su amor contra viento y marea son Nacho y Vera. Lo malo es que la joven sigue castigada por el episodio de la gasolinera y tendrán que ingeniárselas como puedan para poder verse y estar solos, aunque sea unos minutos.